Génisis 1, 26
Esa imagen no
puede estar en el cuerpo humano, recordemos que dicho privilegio solo fue para
el hombre, no para los animales, Gé. 1, 25.
Opto personalmente que dicha imagen esta en el espíritu del hombre mismo,
es dado por Dios, Ec. 12, 7. Cuando el Señor promete renovar al hombre en su
naturaleza pecaminosa, incluye ese mismo espíritu en quien está efectivamente
la posibilidad de fuerza, poder y voluntad para continuar venciendo la inclinación al mal y por ende la
posibilidad de pecar, la cual es muy diferente a continuar viviendo en el
pecado; y San Pablo lo señala así como lo estoy enunciando:”..Renovaos en el espíritu
de vuestra mente,” es quien faculta o me lleva al cambio de actitud para poder
pensar y hacer diferente a como venia obrando o haciendo. Colosenses 4, 23
Renovar en el espíritu
es recobrar las intenciones originales puestas por el mismo Dios, a su
semejanza, es decir, para obrar en relación a Él, como nuestra referente, no
por mera imitación, sino por que es y debe ser propio, no del cuerpo el cual es
depositario de los deseos y pasiones desordenadas; es el espíritu, el alma y la presencia ahora del Santo Espíritu,
en el nuevo pacto o alianza, quienes harán
posible la vivencia de la semejanza e imagen del Señor, como la luz del sol o la aurora; y el problema es la intención mal enseñada de pretender domar las
inclinaciones pecaminosas del cuerpo meramente como a un caballo con las riendas.
La presencia de la semejanza en cada uno no es un simple hecho de mesura o
prudencia, esos son solo principios del
principio, como ejercitando el espíritu para que permita
al Santo Espíritu su accionar a favor del bien en beneficio del alma
misma. Eclesiastés 7, 9
La mente por
lo tanto dentro del contexto bíblico afecta
o favorece al espíritu mismo del hombre
( Efesios 4, 23), y está incide inicial mente con la enseñanza conforme a la
verdad de Jesús o sea su doctrina (Juan 7, 16), extendida y dada a conocer por
sus apóstoles más tarde (Hechos 2, 42). Obviamente se admite que la semejanza e
imagen del Señor se rehace solo estando bajo Cristo y poder y guía del Santo Espíritu;
y es que una asunto es tener la imagen bajo sombra del pecado u opacada, y otra
muy diferente a la luz, bajo la voluntad santa del Señor, y está solo es
posible, cuando el espíritu dado por Dios pueda ser afectado efectivamente en favor del alma misma; y
aflore la justicia, verdad y santidad en la vida personal, y exista otras
maneras de abordar, entender y percibir los enemigos del espíritu de Dios (ya
no del hombre contaminado en su sentido), y el alma libremente pueda obrar en
su propio bien (Teonomo).
El espíritu o
inclinación ahora al bien, gracias a la renovación de la mente, por efecto
tanto de las sagradas escrituras como por presencia y acción del santo Espíritu,
permiten el emerger o afloramiento de la imagen o semejanza de Dios (Stg. 3, 9),
y ahora muchas cosas son puras, libre mente se inclina el espíritu por vencer
al enemigo de afuera hacia dentro bajo las promesas del Señor (Ezequiel 11, 19;
36, 27 y 37, 14).
El espíritu es
la corriente en el hombre la cual viene del verdadero manantial, QUE ES DIOS
(Eclesiastés 12, 7), pero el hombre la
contamino con su pecado (Romano 3, 23), y el Señor conoce ahora sus
pensamientos (Salmo 94, 11) y quiere instruirlo en su palabra para corregirlo
(Sal. 94, 12) y su espíritu se inclinara por agradar a quien lo instruye
(Gálatas 6, 6); y Dios es Espíritu, y espera adoración tanto en expresiones
(Adoración), como en las acciones u obrar (Obediencia), en un espíritu semejante a Él.
En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si le buscas, El te dejará encontrarle; pero si le abandonas, El te rechazará para siempre. 1 Crónicas 28, 9
Señor,
digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas
las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Apocalipsis 4, 11
Dios no mira nuestro parecer sino lo que
hay dentro de nosotros. 1 Samuel 16, 7
Palabras recibidas
en el sentido expresado por el espíritu bajo el Santo Espíritu. Gloria al
Señor, honra y gloria a Dios
Siervo
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