1 Reyes. 22, 1 al 37.
Micaías fue profeta en tiempo en
el tiempo en el cual reinaba sobre Israel Acab; y lo que se cree, es que el rey
lo aborrecía, porque posiblemente fue el profeta que reprendió a Acab por haber
dejado ir a Ben-adad (1 R. 20, 35), era un fiel obediente a los mandatos de
Dios, aunque ello significara arriesgar su vida. Y Acab no le gustaban sus juicios, con los cuales sentía más bien que
lo amenazaban (1 R. 22, 8); y ahora se disponían Josafat rey de Judá y Acab rey
de Israel a pelear contra Ramot de Galaad (Siria) y decidieron consultar la
palabra de Dios al respecto y la consulta era: Si ir a la guerra contra Ramot
de Galaad, o dejarla.
Los falsos profetas como por lo
general, predecían éxitos al rey y le
dijeron:” Sube, porque Dios la entregara en manos del rey,” como era obvio, Josafat el rey de Judá, no le
convenció la respuesta de los falsos profetas del rey de Israel y pregunto si aun había en esa zona un profeta
de Dios, a quien consultar su palabra y
le respondió Acab:
“El rey
de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar
a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza
bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así”. 22, 8.
Y el
rey fue tocado por las ultimas palabras de Josafat rey de Judá y mando a traer
a Micaías hijo de Imla (costumbre de identificar en la época), y se dispuso
como lo acostumbrado hacer la consulta, nuevamente en la puerta de entrada de
Samaria (Semer), los reyes sentados con sus respectivos vestidos reales; y
continuada la consulta, todos los profetas decían lo mismo:
“Y
todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de
Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del
rey.” 22, 12.
Y el
mensajero que fue por el profeta, le hablo de lo que decían los profetas del
rey Acab e incluso le propuso conformar su palabra a la de ellos y anunciar
también éxito. Y Micaías respondió:
“respondió:
Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré.” 22, 14.
Y a la
pregunta del rey de Israel, respondió con ironía, lo cual solo Josafat
comprendería: “Todos tus profetas te han
predicho éxito y dijo las palabras exactas de los falsos profetas (véanse los
vrs. 6 y 12), y es una manera de decir a Acab que él no creía en ellos (era que
lo querría escuchar).
El
profeta en vista de la situación presentada, insta al rey Acab escuchar la
verdadera palabra de Dios, la cual en resumen es:
“Y
ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus
profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.” 22, 23.
Cuantos
no quieren sino escuchar lo que les conviene a lo personal o infla su orgullo y
Acab no había querido escuchar la verdadera profecía o palabra de Dios, la cual
en ocasiones, brota la hiel en las entrañas, donde más se sientes los profundos
sentimientos (Job)
Y se
cumplió la palabra anunciada por boca del profeta Micaías, puesto que no se
pueden ante poner a la voluntad de Dios, nuestros pareceres, orgullo o
arrogancia; y el verdadero profeta arriesga su vida, poniéndola en peligro de
amenaza o muerte y es por no acomodarse a lo que otros, quieren oír y más
cuando se tiene comezón de oír fabulas y palabras que no tienen valor o no
aportan nada a lo espiritual, sino a lo personal; y es el caso del rey Acab,
idolatra inducido por su esposa Jezabel y vendido al mal, más que su padre Omri,
y por eso Dios le había desechado, predicho y elegido como su sucesor a Jehú,
hijo de Nimsi; y por medio del profeta Elías (19, 16); y por él mismo profeta
fue sentenciado a muerte junto con su posteridad (1 R. 21,21 y 22).
Micaías
paso a la historia como el profeta, que confirmo su muerte en batalla; y
predijo la derrota de Israel; eran como ovejas que no tenían pastor, un pueblo
que no tenia señor, puesto que su pastor y señor político (Acab) caería en la
batalla.
Los
profetas falsos, siempre usaran términos ambiguos, buscaran aceptación,
agradando los oídos de sus oyentes y mitigando sus conciencias rebeldes y
obstinadas a las verdaderas demandas del Omnisciente y Todopoderoso Dios; y
procuran mantener su “reputación,” al mismo tiempo que pueden diluir sus
predicciones;
Pueden
incluso hablar de tal forma y de construcción artificiosa, que se puede
interpretar de diferentes formas a favor o en contra. De modo que siempre puede
salvar su reputación (se puede generalizar y no particulizar o no concretar) y
dejar la incertidumbre; y Micaías lo percibe o discierne y por esa razón,
repite las palabras de los falsos exactamente a fin de ridiculizarlos y exponer
sus falacias; no hay hombre o mujer, a quien Dios por boca de sus siervos, le
advierta clara y justamente, sus consejos de la verdad (la que sostiene en su verdadero camino), y
también le aconseja sobre el espíritu de engaño de los últimos tiempos; pero
hay en algunos siempre un pero y más prestan atención a lo segundo. Dios
revela, que la búsqueda de llenar
necesidades y comodidades de la vida,
inducen a aceptar la falsedad a la luz de una falacia para sus deseos
personales antes que deseos de agradar a Dios: ellos mismos dan permiso al
engaño, al vivir engañados; solo la luz (Cristo) verdadera en uno, permite
inteligente mente y sabiamente discernir
la verdad y Josafat bajo el temor de Dios y andando según el corazón de Dios,
tiene en su interior esa voz, que le permite discernir entre ironía y verdad,
entre lo artificioso y verdad, entre adulación y verdad, entre falacia y
verdad, lisonjearía y verdad; Una clave: la verdad que no implica juicios de Dios o no le obliga ser santo y justo ante
Él, con todo lo que ello conlleva, no se puede tomar por verdad de Dios.
Señor
que tú pueblo santo, siempre se incline por los Micaías y siempre existan
Micaías, entre los tuyos; y que por nada se dejen seducir por temor a los Acab;
que aunque les golpeen la mejilla, no por ello se amedranten y acudan a la
fortaleza que emana de Dios; estamos en los últimos tiempos y eso agudiza el
peligro de lo cercano de tu predicción
Señor Jesucristo.
Amén.
Siervo.
Roberto Fonseca Murillo.