Referente bíblico: San Mateo 13, 55 al 57
La familia de Jesús es colocada en insignificancia so
pretexto para no admitir su autoridad, y menos darle credibilidad a sus
palabras, aunque llenas de sabiduría y a la maravilla de sus milagros (San
mateo 13, 54). Algo mejor era colocar su familia en oscuro y en baja
consideración entre sus vecinos o paisanos, para hacerlos participes de un
menosprecio evidentemente intencionado a José, el carpintero, María, su esposa; Jesús, su hijo, y ¿otros hijos?
Una mejor manera de mejor manera de amortiguar la eficacia de las palabras
venidas de Dios, es menos preciar y menos cavar a su mensajero.
“No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su
casa” Este podía ser un dicho
proverbial, generalmente cierto, pero con sus excepciones; y la Omnisciencia le
llevo a expresar el proverbio (57). No
es extraño entre creyentes con las mismas intenciones hoy, expresar “Cuando el
río suena, piedras trae,” se usa para decir que si se escuchan
rumores, es por que algo de cierto tienen.
Siervo
¿Quién es ni hermano, hermana
y mi madre?
Referente bíblico: San Mateo 12, 46 al 50
Jesús no había podido
comer durante un tiempo. Que un creyente se descuide de comer, por esforzarse
por estar en la presencia de Dios haciendo su voluntad; que un siervo de Cristo
menoscabe su salud por sus multiplex ocupaciones pastorales, así se puede pasar
por alto que “se perturbe” (San Marco 3, 21). Para la familia de Jesús no es
así, sus hermanos y su madre, creyendo que era verdad que “está fuera de si,”
pretender hablarle y prenderle (Marcos 3, 21 y Mateo 12, 47).
Conocido el momento que
se vivió en la narrada circunstancias, es como podemos entender el verdadero
sentido o significado de la pregunta hecha por el mismo Jesús al que le
comunicaba la intensión de su familia:¿Quién es mi madre, y quiénes son mis
hermanos? Señala a sus discípulos.
En realidad no es una
desconsideración hacia sus parientes como algunos quieren señalar; Jesús sabe
que ellos han ido a apoderarse de él, porque lo creían deberás demente, por
estar haciendo la voluntad de su Padre. Los parientes mejor reconocido en esos
precisos momentos, son los que están unidos a El por vínculos espirituales y
que se han identificado con él por el Espíritu; y aquí encontramos que
cualquiera que llega hacer la voluntad de Dios, es estimado por El como su
hermano, hermana o aun su madre.
Siervo
No todos pueden
llamarse hermanos
Referente bíblico: 1
Corintios 5, 11 al 13
Si hacer la voluntad de
Dios me constituye en hermano o hermana de Cristo y por lo tanto un hijo(a) del
Padre; el tener una conducta escandalosa, profesando la religión cristiana,
pone en duda llevar o pretender ser llamado(a) “hermano” o “hermana”; y San
Pablo indica, que ni siquiera debo comer con el, ni tengamos comunión con el
tal en cosas que sean sagradas, cuando pone en duda la dignidad de la iglesia
para hacer efectivo su trabajo para con los de a afuera.
La iglesia no puede
tolerar la perversidad, cuando se ignoran
las obligaciones y las buenas costumbres las cuales deben identificar la
familia de la fe. Dios pide de los suyos la debida moderación y justicia
natural. Por causa del trabajo demandado en el Señor, debemos procurar tener
buena estima y paz entre los hijos de Dios; y un espíritu afable y
apacible en obediencia al Señor, es lo
mejor (1 S. 15, 22).
Siervo
La verdadera doctrina produce
fidelidad
2 Tesalonicenses 3, 2
La verdadera doctrina apostólica
es la que debe correr entre los verdaderos creyentes, para que podamos llegar a
la meta y ser glorificados; y para ello necesitamos de una medida de
oraciones fervientes por la providencia
divina a favor del éxito de su evangelio.
No más lugar para hombres
“desordenados” e “inmanejables,” sin disciplina, sin ley ni restricciones y
siempre obrando por impulsos desordenados e irrazonables de sus mentes; y esto
es, carentes de “fidelidad” o “integridad.”
Siervo