1 Corintios 13, 4 al 8
Ágamos como en el Renacimiento, volver a los clásicos o ha los originales del verdadero amor tomando como referencia a San Pablo, en particular lo concerniente al tema en 1 Corintios 13. Sobre el amor se hace mucho ruido y en especial cuanto se celebra dicha actitud o acción y por lo general quedamos en los meros deseos o intenciones; El amor en lo bueno intencional y de las intenciones se vive y alimentamos nuestro deber sobre el mismo ante Dios y por lo tanto ante los semejantes. Se vive en un aparente mundo de amor donde las relaciones se basan en intereses, donde se frenan las posibilidades y se destruyen vidas tanto física como emocional y moral y se mengua consecuentemente la calidad de vida. Basta de paliativos es lo que quiso decir San pablo en los primeros textos( 1 al 3 ).
El verdadero amor
Las acciones, disposiciones y actitudes dicen o desdicen del verdadero amor, es decir el amor es mucho más que las meras intenciones y paliativos y hay es donde está el autoengaño y el alivio de la conciencia. El amor es un sacrificio personal y una entrega A LA FELICIDAD del otro, no pienso tanto “por mi” y “de mí”, sino en comprender al otro y hacer que el se “sienta bien” y “hacerle el bien” por encima de todo lo suyo y lo que es en realidad.
En resumen, el verdadero amor nace y se alimenta de conocer “verdaderamente “el corazón y la mente de Dios y vivir bajo su “dirección”. Veamos entonces los énfasis del Apóstol sobre el verdadero amor o las características del mismo, brevemente:
Es sufrido. En griego se significa “que aguanta mucho”. Describe la cualidad de refrenamiento frente a la provocación o la capacidad de posponer un castigo. Ama pacientemente en medio del dolor o lidia con el dolor, para hacer lo que otros en esta situación no podrían hacer, esperar pacientemente ante el maltrato sin sentir resentimiento. Es benigno. La palabra griega que se traduce por “benigno”, también puede significar” útil” o “generoso”, es decir el amor verdadero procurara el bienestar del ser amado, el amor verdadero es práctico y útil, “busca lo mejor, no lo peor”.
No tiene envidia. En el griego este termino se significa “ver con malos ojos”, el amor verdadero no se deja invadir por la molestia o el enojo por los logros, posiciones, o cualidades y éxitos del ser amado. El amor verdadero no se permite actitudes de gestos y palabras fingidas para ocultar un malestar o una inconformidad por alimentar este sentimiento.
No es jactancioso. En el griego significa “levantar el cuello”. Es la persona que se presta a la exhibición o se promueve sutilmente o como una publicidad de si mismo y despierta celos. Es sabio saber que el amor verdadero ni debe “sentir celos”, ni debe “despertar los celos”.
No se envanece. En griego dignifica “inflarse como un fuelle”, (dispositivo usado para almacenar y expulsar aire para cierto propósito). Se llena de si misma, de tal manera que no puede sentir la necesidad o el dolor del otro. Es la arrogancia que no permite recibir colaboración de los demás y también hace insensible a prestar ayuda a quienes la necesitan. Tener una opinión exagerada de si misma e ignorar las necesidades y los sentimientos de los demás.
No hace nada indebido. Indebido en griego originalmente significa “esquema”, es decir no hace nada contrario a lo establecido. Las acciones se miden en relación con parámetros establecidos por las Leyes y las Normas, en búsqueda del bien de todos. En la biblia son los estatutos, preceptos y mandatos de Dios. El amor verdadero no “exigirá” ni “dará” nada inadecuado o fuera de lo establecido o permitido.
No busca lo suyo. En San pablo es equivalente a la abnegación, pero viene del latín y significa “sacrificar la voluntad” en todos sus aspectos. En el griego tiene la equivalencia de ágape o amor sacrificial que es la máxima expresión entre los griegos del amor (amor de Dios por nosotros).El amor verdadero busca más el bienestar de otros que el suyo propio, antepone las necesidades de los demás antes que las propias. Capacidad de “dar” y “darse” sin esperara nada
No se irrita. Es interesante que para esta palabra no existe una sola palabra en griego y la más cercana significaría insensible o dulzura, de donde viene analgésico. El sentido que quiere expresar Pablo es que no se “irrita fácilmente
Deja la posibilidad de saber cuando, con quien y porque enojarse. Lo que el amor verdadero tiene es que no deja irritar fácilmente. En el Antigua Testamento equivale al hebreo que significa tener un “espíritu agrio”. El verdadero amor no tiene mal genio, es una manera de decir que el verdadero amor aguanta mucho tiempo.
La otra cara de la moneda por lo tanto es que el amor verdadero sabe cuando es el tiempo para enojarse y agitarse emocionalmente (San Mateo 21, 12 y 13) (Hechos 17, 16 ). El verdadero amor incita a la consideración a los demás, a tomar medidas contra las prácticas que perjudican, sin embargo está debe expresarse en amor y sin faltas.
No guarda rencor. En el griego la palabra significa “llevar cuentas“ y tiene que ver con los agravios o el daño que se recibe de los demás. Decir que “no guarda rencor”, significa “no llevar las cuentas de los agravios”. Es decir el verdadero amor no guarda rencores amargos ni permite largos resentimientos contra los demás.
No se goza de la injusticia. En el original griego significa “que no se conforma con la verdad” o es contrario a lo establecido. Equivale a lo que no hace el amor verdadero, es actuar llevado por los principios y no dejarse llevar por lo insensato o la necedad o la iniquidad, que pueden producir rompimientos, separaciones, aislamientos, soledad o pérdidas o dolor o sufrimientos.
Se goza de la verdad. La palabra griega de verdad significa “encubrir, ocultar o esconder” y si se le antepone la partícula a, significa lo contrario. Sacar a la luz o permitir que se vea la realidad tal como es. Es la idea de no falsear o llevar a que las cosas sean como en realidad son o se vean así. No se refiere a la verdad hablada que equivale a logos, sino a lo que se puede ver o evidencia el verdadero amor ante los demás, es la esencia del amor. Es una profunda relación entre lo que expresamos y creemos y lo que hacemos. Más claro aún, lo que hay en el interior nuestro determinará lo que hacemos exteriormente. El amor verdadero es creer la verdad sobre Dios, sobre si mismo y sobre los demás. La integridad y la fidelidad sobre la base de la justicia y la verdad son lo máxima elevación del verdadero amor.
Todo lo sufre. La palabra griega de donde viene sufre, significa “techo”. El amor “cubre y protege”, como a una casa la protege de la lluvia y de las tormentas. El amor verdadero sigue obrando por el bien de los demás independientemente de lo que suceda. El amo sufre o soporta todas las disoluciones, fracasos y circunstancias. El amor mismo es un refugio para soportar las peores circunstancias impredecibles, pero no te protege de las consecuencias de tus propias decisiones sino te arrepientas y pides perdón. El amor verdadero no llega al momento donde comienza a aborrecer, despreciar y a condenar. El amor verdadero confronta cuando sea necesario y perdona cuando haya necesidad
Todo lo cree En el griego su significado es “evidencia o prueba de algo “, es decir obrar consecuentemente con lo que se cree. Abraham obro en conformidad con su creer. El verdadero significado de ese creer no tiene traducción al español por ser un sustantivo verbo, pero si es claro que debe ser una acción física basada en una creencia o pensamiento. Parece ser complicado el asunto en mención, pero en la practica es muy comprensible. El amor verdadero no admite ninguna duda para poder actuar en forma eficaz. Si dudamos sobre el amor, perdemos un incentivo. El verdadero amor crece y se sostiene por lo que creemos, eso sostiene la seguridad y la paciencia. El verdadero amor empieza con Dios, continua con nosotros y termina en los unos con los otros. La seguridad en Dios nos permite ser pacientes y buenos con nosotros y a estar dispuestos a ser pacientes y buenos los unos con los otros.
Todo lo espera. En el griego el significado original tiene el sentido de “expectativa de bien” y cuando se anticipa a lo esperado es esperanza. Esta característica tiene relación con creer. Si se tiene confianza también hay razones para “esperar todo “, Es tener esperanza que las fallas humanos no son definitivas y que Dios puede obrar en la vida de una persona. Si hay alguien que puede tener este tipo de espera, es quien confía en el poder del Dios de la Biblia. ( Salmo 39, 7, Romano 5,5 y Col. 1, 27 ). Es vivir la vida con un optimismo profundo bajo una gran convicción y esperanza dadas por Dios a través de su Santo Espíritu a quienes confían en Él. Aman verdaderamente quienes ven la vida y la viven con la esperanza de gloria
Todo lo soporta. Es interesante sentido circular que San Pablo le da al amor y obviamente será entendido como la figura de que el verdadero amor no “tiene fin”. La característica es prácticamente la misma que la primera, lo que cambia es la palabra. Cuando hay creencias y esperanza correctas se soporta cualquier adversidad o tribulación. El verdadero amor no abandona. No se aleja. No desiste, persevera de tal manera que “todo lo soporta”, sabiendo que vale la pena. El verdadero amor tiene su fuente y su vida en Dios y por eso puede sobre vivir a la desconfianza, el egoísmo, al desprecio, al desengaño, a los insultos, a la envidia, a las desafortunadas decisiones humanas y por eso siempre actuará y orará para bien de las personas. Soportar refleja el verdadero cambio que solo Él puede producir.
Como vemos el verdadero amor busca el bienestar del otro, vivido desde adentro o desde el interior de nosotros en expresión de apertura. Supera los intereses personales, sacrificando el bienestar personal dentro de la esperanza y seguridad de que las personas y las circunstancias pueden cambiar. Sin embargo, en esa espera ni las personas ni las circunstancias afectan su amor. Es un amor equilibrado que no permite el odio o el desprecio y sabe proceder cuando es necesario corregir o perdonar. Lo esencial es que reconoce como fuente la verdad
Sin profesar un verdadero amor a Dios es imposible profesarlo a los demás.
Siervo. Roberto Fonseca Murillo