Siempre me he preguntado como alguien que habla en nombre de Dios, puede hacerlo desde y en cualquier sitio con un aparente poder a pesar de que en la práctica sus acciones y actos desdigan de tener un genuino amor y bondad por sus semejantes. Esto es lo que Martin R. De Haan llama muy bien” El fracaso del éxito; Podemos participar en la misión de la misericordia de Dios, pero podemos continuar y permanecer influidos por el racismo, los prejuicios sociales, económicos, religiosos; Los egoísmos y los autoengaños. Nos preocupamos por nosotros mismos y tanto que no nos damos cuenta de la realidad que esta sucediendo en nuestro interior. El aparente amor que experimentamos tiene dos grandes ingredientes que San pablo calificaría como jactancioso y envanecido
Jactancioso. Busca más promoverse que promover realmente, es movido por la jactancia y el exhibicionismo. Salomón dijo muy sabiamente al respecto:” Alábate el extraño, y no tu propia boca….” (Pr. 27, 2). Cuando busco destacarme, mi corazón esta desconectado de Dios y conectado a mi mismo en búsqueda de mis propios logros.
Envanecido. Es la idea inflarse. Llenarse de si mismo de tal manera que no se siente verdaderamente el dolor de los demás. En la exhortación de San Pablo a los cristianos de Corintio que no tenían verdadero amor , les dice:” ..No sea
Que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros” (1 Co. 4, 6). La arrogancia nos impide recibir y dar ayuda y nos hace insensibles a los que nos necesitan.
Las personas envanecidas tienen una opinión exagerada de su propia importancia y piensan que lo único que importa es su propia felicidad, opiniones y sentimientos; Las necesidades y los sentimientos de los demás fácilmente los ignoran. Nuestra Salud, prosperidad, hogar o familia son más importantes que las de nuestro prójimo.
Nos debe asombrar que San Pablo les describe el verdadero amor a una iglesia como la de Corintio, que conoce la importancia de la fe, conocen y tienen los dones espirituales y deben conocer el mensaje. Sin embargo no han superado sus propios intereses y les es posible estudiar las santas escrituras y desear los dones espirituales. Se puede estar sin conocer verdaderamente el Santo Espíritu, el corazón y la mente de Dios. Puede haber más un deseo de realización personal que de consagración espiritual. Debe lucharse por superar las influencias del medio social en que nos “insertamos” y la cual continúa moldeando nuestro corazón y nuestra mente ante Dios, dejando por fuera la verdadera acción y resultado del Santo Espíritu y la santa palabra en nosotros. Romanos 12, 1 y 2:
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
El solo conocimiento de las santas escrituras, los elocuentes argumentos, discursos, doctrinas, ofrendas y sacrificios, no nos pueden salvar entre tanto no descubramos por revelación del Santo Espíritu en nuestro corazón y mente el verdadero sentido y aplicación del verdadero amor,* 1 Co. 13, 1 al 3. Es posible tener mucha información bíblica. Es posible tener el Espíritu Santo dentro de nosotros sin que nos importen verdaderamente las personas que hay en nuestras vidas. Es importante el discernimiento que nos permita ver claramente nuestras relaciones y actitudes que pueden en un momento afectar nuestra reputación y que las luchas por los intereses propios empobrezcan la credibilidad de nuestro Señor.
*”El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;”
13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;”
“No es posible que los demás crean en nuestros valores a menos que vean que estamos tan preocupados por ellos como por nosotros mismos.” D. Haan II.
“En una época en que los prejuicios y el odio inflaman las emociones humanas y pervierten su juicio. En una época en que fuerzas apremiantes limitan el amor y solidaridad solo a algunos de los prójimos y excluyen a otros de la piedad y compasión” (Four Minor Prophets, p. 25). Es más fácil odiar que amar. Martin R.
El ídolo máximo de la época actual es la propia voluntad y de esto nos sirve como ejemplo Jonás, quien por su posición personal involucrado en su propio parecer opacaba el verdadero sentido de su misión en la ciudad de Nínive y más bien se iba por el camino del fracaso espiritual. Continúo sin discernir claramente el rostro de Dios en la tormenta, (Jonás. 1, 10 al 14). En la preparación del pez para que lo tragara por tres días y tres noches, (1, 17). La oración dentro del pez y que se divide en: oración de arrepentimiento (v. 2). Oración de sumisión (VV. 3 al 4). Su oración por los problemas (vv. 5 al 6). Su oración de restauración (vv. 7). Su oración de confesión (v. 8).Su oración de gratitud (v. 9). Sabe una caso que nos puede engañar en nuestro real estado espiritual y Jonás se percato, Dios nunca lo desamparo. Dios siempre esta presente en nuestras circunstancias y asume control. Jonás continúo en el rechazo a su llamamiento, en la desobediencia al mandato e ignorando la voluntad de Dios y sin embargo siempre Dios estaba en pos de su desorientado y encerrado siervo.
Jonás también nos modela el hombre de oración, muy prometedor y poco cumplidor ante Dios. La oración parece tornarse en otro” Estilo de vida “ en los tiempos actuales y se convierte para algunos en un tranquilizador de conciencia y aparente espiritualidad ante los demás. Se ora hoy más en grandes jornadas de oración que antes y sin embargo en muchos de los participantes los frutos de arrepentimiento no se evidencian y no justifiquen diciendo que” no debemos juzgar”, San pablo inspirado por el Santo Espíritu afirma en 1 Corintio:
“2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
Dios siempre da una segunda oportunidad de hacer bien su voluntad y Jonás no fue la excepción. Déjeme decirle que en la primera oportunidad el gana la batalla al hacer comprender que el nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Es en esta etapa donde muchos se quedan y asumen su misión como un siervo más de Dios. Se llega a cumplir con la voluntad de Dios de llamar al arrepentimiento y de volverse a Dios y si es necesario se acompañara ese mensaje con señales y prodigios para hacer evidente la real y poderosa presencia de Él entre nosotros.. Pero la guerra continúa aún y tiene que ver con nuestro propio carazón renuente asumir la voluntad completa del Misericordioso y Bondadoso, como le sucedió a Jonás. Recuerda que solo puedes ser un instrumento para Dios en determinados momentos necesarios para Él y no es para ti. No son tus meritos o tus previlegios o tu santidad impecable que permiten que seas usado en momentos para gloria de Dios, es su amor y su misericordia para con los que quiere llamar y hacerlos parte de su pueblo, al igual que hizo con las gentes de Níneve. Sabes que lo que Dios me pone, sin duda alguna es una posibilidad. San Pablo mismo lo admitio. Para asombro y solpresa de algunos en su momento, Jesús mismo se los recordara para lloró y crujír de dientes:
"....Nunca os conocí; apartaos de mi, hacedores de maldad", San mateo 7,23.
Si realmente queremos dar Honrra a Dios con nuestras vidas, empesemos:
" La cordura del hombre detiene su furor, Y su honrra es pasar por alto la ofensa." , Pv.19, 12.
" Honrra es del hombre dejar la contienda ", Pv. 20, 3.
Honrra no es un mero grito, Honrra a Dios son los hechos que exaltán la obra de Dios en mi vida y por consecuente glorifico su nombre en mi vida.
Bendiciones....!
Siervo, Roberto Fonseca Murillo