En levítico 5,4 y 5. Se orienta sobre la forma de hacer promesas ante el sacerdote a Dios. Hay que tener cuidado para hacerlo y no dejarse llevar por la precipitud, sin meditar lo que esto implica; Se puede prometer hacer el mal ligeramente y por ser un voto y aunque fuese un crimen cumplir con ello, sin embargo el sujeto es culpable por haberlo hecho y por tal razón queda obligado a ofrecer una ofrenda por su transgresión. Lo mismo será si promete hacer algo bueno y por no cumplir tendrá la misma demanda del tipo de sacrificio. Tendrá restitución si confesare su pecado, como una forma de humillarse ante Dios.
Este contexto mencionado es el que sirve Salomón para indicar que no se debe ser ligero para prometer a Dios, lo mejor para evitar votos precipitados es guardar silencio y escuchar a Dios y mucho menos si en determinado momento no tenemos claridad sobre lo que es malo; Menos aún debemos prometer cuando somos vencidos por el sueño (Dormitando), como producto de las preocupaciones, que es cuando más somos dados a las promesas ante Dios; Son los momentos de la multitud de palabras de un débil corazón afectado.
Las dificultades y las angustias del hombre lo llevan a suplicar mucho a Dios, y hacer votos, pero cuando le concede lo pedido y ha pasado la tribulación, por lo general se olvida del voto; No hay excusas que justifiquen tal acción delante de Dios; Ni la ignorancia ni la omisión barraran la obligación contraída y menos el deber de confesarlo ante el ángel (Siervo, Mal.2,7), para su restitución ante Dios.
Es un deber temer real mente al Señor y ni las perturbaciones mentales durante el día, ni los sueños malos o temores infundidos o presentimientos sobre alguna desgracia en la noche, deben restarnos la confianza: No temas ni a los sueños ni a sus interpretaciones que te perturben; Dios cuidara y protegerá siempre y no necesitas aligerarte para prometerle por demandar su bondad y misericordia; Cuando Dios permite que sucedan ciertos males, es porque quiere el bien de los que le aman ( Ro. 8,28).
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
En levítico 5,4 y 5. Se orienta sobre la forma de hacer promesas ante el sacerdote a Dios. Hay que tener cuidado para hacerlo y no dejarse llevar por la precipitud, sin meditar lo que esto implica; Se puede prometer hacer el mal ligeramente y por ser un voto y aunque fuese un crimen cumplir con ello, sin embargo el sujeto es culpable por haberlo hecho y por tal razón queda obligado a ofrecer una ofrenda por su transgresión. Lo mismo será si promete hacer algo bueno y por no cumplir tendrá la misma demanda del tipo de sacrificio. Tendrá restitución si confesare su pecado, como una forma de humillarse ante Dios.
Este contexto mencionado es el que sirve Salomón para indicar que no se debe ser ligero para prometer a Dios, lo mejor para evitar votos precipitados es guardar silencio y escuchar a Dios y mucho menos si en determinado momento no tenemos claridad sobre lo que es malo; Menos aún debemos prometer cuando somos vencidos por el sueño (Dormitando), como producto de las preocupaciones, que es cuando más somos dados a las promesas ante Dios; Son los momentos de la multitud de palabras de un débil corazón afectado.
Las dificultades y las angustias del hombre lo llevan a suplicar mucho a Dios, y hacer votos, pero cuando le concede lo pedido y ha pasado la tribulación, por lo general se olvida del voto; No hay excusas que justifiquen tal acción delante de Dios; Ni la ignorancia ni la omisión barraran la obligación contraída y menos el deber de confesarlo ante el ángel (Siervo, Mal.2,7), para su restitución ante Dios.
Es un deber temer real mente al Señor y ni las perturbaciones mentales durante el día, ni los sueños malos o temores infundidos o presentimientos sobre alguna desgracia en la noche, deben restarnos la confianza: No temas ni a los sueños ni a sus interpretaciones que te perturben; Dios cuidara y protegerá siempre y no necesitas aligerarte para prometerle por demandar su bondad y misericordia; Cuando Dios permite que sucedan ciertos males, es porque quiere el bien de los que le aman ( Ro. 8,28).
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.