Expresión hacia los demás
La bondad
Fuente de bien para quien
podría ser indigno o considerare indigno. Abstenerse de hacer el mal y
profesarle más bien lo bueno, es bondad. “Bendecid a los que os persiguen;
bendecid y no maldigas” (Romanos 12, 14); y para alimentar la bondad es muy
esencial ser sufrido, y no tener envidia, ni ser jactancioso, y permitirse
envanecerse (1Corintio 13, 4); no se
puede estar fuera de lugar o del carácter cristiano, siendo rudo, grosero o
brutal; propio de quien guarda rencor o se irrita fácilmente; o le gusta
gozarse de toda injusticia (1 Corintios 13, 5). Solo el amor permite cubrir
todas las faltas de los semejantes (Proverbios 10, 12); llenos de todo
conocimiento, como llenos de bondad, en forma semejante podremos amonestar a
los otros (Romanos 15, 14). La bondad es una arma de la verdad y de la
justicia, bajo el poder de Dios.
Nadie puede estar por encima de
la buena educación o formas de respectos; quien no es deseo de su propio bien,
no puede desear hacer el bien a otro; quien no experimenta bajo el Santo
Espíritu el bienestar, la seguridad y la esperanza, no le puede aflorar en la
roca de su corazón, lo que debe ser la inclinación natural hacia el bien como
fruto del Espíritu y sin la cual es difícil evidenciar toda justicia y toda
verdad (Efesios 5, 9).
“La confianza en la bondad ajena es testimonio no
pequeño de la propia bondad.”
Siervo. Roberto Fonseca Murillo