Dios le asiste el
derecho de hacer juicio y es él mismo el legislador a través del poder de su
Palabra (transforma, salva y sana), y nada le impide encargar a otros la
ejecución de su sentencia. Recuerde que Él le puede permitir al tirano o a una
nación impía ejecutar su castigo a otra y este fue la tarea dada a Asiria,
como, “vara y báculo de su furor” contra Israel (Is. 10, 5), como lo fue
asignada Babilonia como instrumento de su ira para Judá y otras tierras (Is.
13,1 al 11); y esa misión es dada dentro
de unas condiciones y limites (Zacarías 1,15 e Isaías 47, 6). Ambos imperios se
excedieron de los límites de su misión, y por medio del profeta Zacarías
denuncia los excesos de Babilonia, como también lo hace por boca del profeta
Isaías, sobre Asiria por herir con vara (Is. 30, 31 y 14, 25), no les tuvieron
compasión dentro de los límites
designados por Dios; y esto es soberbia y altivez.
Dios acusa tanto a
Asirios como a Babilonios, aunque el mismo les había asignado para castigar a
su pueblo, de haber sido crueles en su
terea. Excedieron más allá de la
justicia y lo humano, al oprimirlos y destruirlos; y aunque eran el báculo de
su furor para ejecutar el justo decreto de Dios, agravaron su yugo, sin acordarse de su postrimería, se entregaron a su propia ambición y violencia;
y así ha sido por generaciones de generaciones, con las mismas consecuencias:
orfandad, destierro y viudez; y siempre se tienen las mismas expectativas, como
en la duración de las tinieblas, antes
de la mañana, el enemigo ya no exista. Esta es como una consecuencia de una
indebida acción, o suerte de una posterior generación. Véase Isaías 17, 14.
ISAÍAS 14: 24 AL 27
Certeza de la profecía contra Asiria
PROFECIA SOBRE ASIRIA. Actualmente una de sus antiguas partes
es de IRAK. Ocupo el Suroeste asiático, al norte de la antigua Mesopotamia,
entre los ríos Tigris y Éufrates.
ISAÍAS 13 Y 14
La total desolación
de Babilonia
PROFECIA SOBRE
BABILONIA. Las tierras y ruinas de Babilonia son parte de IRAK.
Actualmente existen ruinas parcialmente mandadas a reconstruir por Saddam Hussein a finales del siglo XX, y se encuentran en la provincia iraquí de Babil,
110 km al sur de Bagdad.
Siervo Roberto
Fonseca Murillo