1:15 Cuando
extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando
multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
No siempre los corazones andan
conforme al corazón de Dios, es decir conforme a su voluntad. Una casa es
decirle de voz y otra hacer con la mano (hebraísmo); Levantar manos, es obrar
en conformidad con su voluntad y no una mera actitud de adoración.
No basta con conocer sus deberes
para con Dios y el hombre, sino que es preciso que se cumpliesen también;
yaasun, lo que han de cumplir “diligentemente, fervientemente, eficazmente” ;
porque la palabra paragógica se amplia y profundiza en yaasun (lo que no es perceptible
en una traducción) .
David y Salomón son el ejemplo,
como la fue Moisés (lo entendía y en una
ocasión le fallo y le costo). Dios efectivamente espera y quiere , personas de
sabiduría, discernimiento, juicio, prudencia, y valor; no meros religiosos ,
quienes no optan bajo su voluntad y asistencia, desarrollar estas cualidades o
frutos buenos y tener el verdadero sentido de responsabilidad ante Él y sus
semejantes.
Las manos en sentido de adoración.
Extender las manos a Dios en
momentos de adoración es suplica , como el arrodillarse, eran formas usadas
frecuentemente por los hebreos en su culto religioso. Salomón se arrodilló y
extendió sus manos: 2 Cr. 6:13. Y lo mismo hizo David, Salmos 143, 6. Como también
Job 11, 13. ; Postura para indicar no solo suplica, sino humildad, contrición y
sumisión.
Las manos en sentido de acción.
En tiempos de batalla para los
israelí, era pelear bajo la enseñanza de
Dios (no por venganza o lo personal) y bajo su dirección y en defensa e incluso
de la verdad. Bajo su mando se peleaba y en su nombre y fortaleza conquistaban;
Levantar las manos en nombre de Dios o hacia Dios o manos santas es obrar en su
nombre como soldado de Él, y no suyo propio.
Ejemplo de ello:
Ex. 17:16
y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová,
Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.
1 S. 23:16
Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a David a Hores, y fortaleció
su mano en Dios.
23:17 Y le dijo: No
temas, pues no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel,
y yo
En
Hebreos dentro del mismo contexto hebreo antiguo es perceptible y entendible
claramente:
12:11
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados.
12:12 Por lo cual,
levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
12:13 y haced
sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino,
sino que sea sanado.
12:14 Seguid la paz
con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor.
12:15 Mirad bien,
no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz
de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Dios
mismo es ejemplo de ello:
Isaías.
26:11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se
avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.