QUMRÁN ILUMINA SIERVOS

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viernes, 16 de septiembre de 2011

HIPOCRESIA Y MORALIDAD CRISTIANA




“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad”.
Mateo 23:27-28
Presentación
En el lenguaje popular podemos decir que un sepulcro blanqueado es todo aquel cristiano que tiene apariencia externa de devoción y santidad, pero interiormente no experimenta una verdadera comunión con Dios. Es el perfecto hipócrita cristiano.
Antiguamente, en el teatro griego, la palabra hipócrita designaba al actor que utilizaba máscara y disfraz para representar una personalidad ajena a la suya, y su objetivo era el de deleitar al público. En definitiva, ese tipo de actor estaba fingiendo cualidades y sentimientos que él mismo no poseía ni experimentaba, con lo cual estaba fingiendo. O lo que es lo mismo, estaba mintiendo.
¿Y cuántas personas, aparentemente buenos cristianos, tienen su corazón lleno de amargura, odio, mentira, resentimiento, etc. y al mismo tiempo pretenden demostrar una vida cristiana llena de valores positivos, que ni tienen ni sienten? Con ello lo único que consiguen es destruir la credibilidad del Evangelio en otras personas.
¿Y cuántos otros se acuerdan de Dios para pedirle favores en casos de necesidad personal, a pesar de que no creen en Él? ¿Y cuántos otros muestran su supuesta cristiandad a los demás, pero en su vida privada son exactamente lo opuesto a lo que quieren aparentar ser? Este tipo de personas no conocen la seria advertencia de Jesús cuando dijo: “Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse” (Lucas 12:1-2).
La hipocresía
“Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano”
(Mateo 7:5)
Etimológicamente la palabra hipocresía proviene del latín tardío hipocrisis y del griego hypokrisis, que significan actuar o fingir. Es el acto de fingir y ostentar, constante o esporádicamente, creencias, opiniones, virtudes, sentimientos y cualidades que se exigen en las demás personas, y que uno en realidad no tiene o no sigue. La hipocresía en sí misma es un tipo de mentira o pantalla de reputación.

La hipocresía puede venir del deseo de esconder ante los demás motivos reales o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace, sino que es el deseo de que las demás personas vean una grandeza y bondad que en realidad no existe, y que es solamente una apariencia en sí misma, y sus fines y logros están totalmente alejados de la realidad. En pocas palabras, un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y su verdadera personalidad.
La hipocresía consta de dos operaciones, a través de las cuales se manifiesta tanto la simulación como el disimulo. La simulación consiste en mostrar lo que se desea, en tanto que el disimulo oculta lo que no se quiere mostrar. La hipocresía es como la mentira, porque el hipócrita pretende ser alguien que no es, y además quiere engañar a los demás.
Hipocresía religiosa
“Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres”
(Mateo 15:7-9)
La hipocresía ha sido descrita, junto con la falta de honestidad, como una característica que atrae particular oprobio en la época moderna, y por ello muchos sistemas de creencias condenan los comportamientos relacionados con la hipocresía.
En algunas traducciones del Libro de Job, la palabra chaneph es traducida como hipócrita, aunque en general significa sin Dios o profano. En la Biblia cristiana Jesús condena a los escribas y fariseos como hipócritas. En el texto budista Dhammapada, Buda condena a un hombre que tomó la apariencia de un ascético sin serlo. En el Corán islámico se critica a los munafiq, que son aquellos que manifiestan ser creyentes sin serlo. Como podemos ver, la hipocresía es un mal extendido en todas las religiones.
La religión de los fariseos era hipocresía de la más grave, ya que utilizaban la relación con Dios como objeto de vanagloria personal. Esto desgraciadamente aún persiste en nuestros días, lo cual causa escándalo cuando se descubre e incita a otras personas a que incluso rechacen la religión al ver el comportamiento hipócrita de quien habla de Dios sin seguirle.
Hoy en día muchos no quieren acercarse a los caminos del Señor ya que por el pésimo testimonio de algunos “cristianos”, la gente resta credibilidad al Evangelio. Es triste ver en nuestras iglesias a tanta gente que dentro de ella aparenta santidad y una buena relación con Dios, pero que en la privacidad de su vida deja mucho que desear. Como dijo Jesús, sus labios predican lo que no siente su corazón.
El grupo musical Nueva Vida compuso un canto religioso que en su texto describe con toda claridad la hipocresía religiosa. Su título es Con nosotros está y nos habla de que Jesús está presente en cada una de las personas que están viviendo en medio de desgracias, necesidades o tribulaciones, pero que la mayoría de creyentes no parecen darse cuenta de ello, debido a lo cual priorizan su asistencia a centros religiosos, desconociendo esa presencia divina en el necesitado, con lo cual les ignoran completamente.

Y la hipocresía cristiana no se limita exclusivamente a lo dicho en este canto, sino también a muchas otras actitudes personales totalmente opuestas al cristianismo al que decimos pertenecer, seguir y practicar.
El texto del mencionado canto es el siguiente:
CON NOSOTROS ESTA
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Su nombre es el Señor y pasa hambre y pasa por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo, acaso por llegar temprano al templo.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Su nombre es el Señor y sed soporta, y está en quien en justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo, a veces ocupados en sus rezos.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Su nombre es el Señor y está desnudo, la ausencia de amor hiela sus huesos
y muchos que lo ven pasan de largo, seguros al calor de su dinero.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Con nosotros está y no le conocemos, con nosotros está, su nombre es el Señor.
Conclusión
Si alguien que se denomine cristiano sólo aparenta tener fe sin acompañarla de obras, se asemeja a la higuera que se secó y murió por no dar frutos. Cuando la persona aparenta lo que no es, se ha engañado a sí misma y le ha mentido a los demás. Se cree merecedor de la gloria celeste, pero no piensa que en el cielo jamás entrarán los hipócritas.
“Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su paga”
(Mateo 6:5)

Bibliografía
Canción “Con nosotros está” Grupo Nueva Vida – Misión Evangélica – Barcelona http://www.angelfire.com/nv/nuevavida/
Psicología de la hipocresía Ángel Rodríguez Kauth
Biblia de Jerusalén Desclée de Brouwer
La hipocresía www.corazones.org
El Jesús que no puedes ignorar John MacArthur
“El fanatismo es a la religión lo que la hipocresía es a la virtud”
Charles Palissot de Montenoy
Dramaturgo francés (1730-1814).

AGUSTIN FABRA, EMAGISTER.COM

Consecuencias de la ceguera espíritual



“Oír, oiréis, pero no entenderéis; mirar, miraréis, pero no veréis. Porque se ha embotado el corazón de este pueblo; han hecho duros sus oídos y sus ojos se han cerrado”.
(Mateo 13:14-15)
Introducción
La ceguera espiritual es el aspecto de la naturaleza humana caída, a causa de la cual la persona se encuentra completamente incapacitada para poder comprender las verdades espirituales y aceptarlas como fe salvadora y, por lo tanto, sigue en rebeldía espiritual.
Al contemplar el estado de las cosas en el mundo actual, impresiona profundamente la persistente enfermedad de la ceguera espiritual. Es la enfermedad esencial de nuestro tiempo y algo natural en el ser humano, y que forma parte del mismo desde su nacimiento.
Debemos comprender que hay cosas que no podemos entender y nuestra obligación es descubrir cuáles son esas cosas, incomprensibles aún para nosotros. Quien no reconoce esta capacidad humana, pone un límite a la razón. Se esconde tras una razón que considera soberana pero no se da cuenta de que es una razón esclava. El acto supremo de la razón está en comprender que hay cosas que la superan. Para ello debemos sustituir el valor de la verdad por el de la búsqueda de la verdad y, por lo tanto, de la sinceridad. Pero nunca debemos confundir esos términos con la humildad, porque a veces se trata solamente de presunción, que está muy ligada a la ceguera espiritual.
Para explicar de una forma más sencilla lo que es la ceguera espiritual podemos decir que es no ver la vida como Dios la ve, y su resultado lógico y directo es no entender las cosas espirituales. Este estado termina en el momento en que Dios, por su misericordia, imparte vida y luz espiritual, sin la cual la persona se encuentra incapacitada para comprender las verdades del Evangelio, las cuales únicamente pueden ser comprendidas espiritualmente.
En la Biblia existen numerosas alusiones referentes a la ceguera espiritual y también a que únicamente Dios puede iluminarnos para desprendernos de ella. Sin embargo esta solución divina solamente podemos aplicarla en nuestra vida personal cuando seamos plenamente conscientes de nuestra particular ceguera.
“El hombre no acepta naturalmente las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él. Y no las puede entender porque sólo espiritualmente pueden ser juzgadas”.
(1 Corintios 2:14)
Ya hemos visto qué es la ceguera espiritual y cuál es el único medio para combatirla. Sin embargo muchos no somos conscientes de nuestra propia ceguera y aún creemos que estamos en el camino correcto y que por ello esa enfermedad espiritual no nos concierne. Pero existen síntomas que si los analizamos detenidamente y con toda sinceridad, podemos darnos cuenta palpable de nuestro error. Por ello analizaremos a continuación los principales síntomas de la ceguera espiritual.

Principales síntomas de la ceguera espiritual
Los síntomas por los cuales podemos apreciar nuestra ceguera espiritual son varios y si les prestamos atención podremos darnos cuenta de que nuestra vida espiritual, aunque seamos fieles asistentes a nuestra Iglesia, está en declive, atascada e incluso muerta.
Si vivimos nuestra fe bajo un punto de vista rutinario, estamos ciegos ya espiritualmente. Y también lo estamos en estos casos: Cuando rezamos de forma automática las oraciones escritas, sin meditarlas ni profundizar espiritualmente en ellas.
Cuando nos aburrimos en los rezos o recitamos las oraciones de forma mecánica y rutinaria.
Cuando caemos en la ociosidad y la pereza espiritual y no encontramos el momento adecuado para orar.
Cuando no queremos leer la palabra de Dios o lo hacemos de manera automática, sin comprender lo que Dios, por medio de ella, nos quiere manifestar.
Cuando mostramos nuestro fanatismo acerca de cualquier tema, acto o circunstancia religiosa.
Cuando no queremos reunirnos para orar o compartir temas referidos a la religión.
Cuando nos estancamos en una determinada situación religiosa, alegando que aquello es suficiente para llenarnos espiritualmente, y no queremos proseguir e nuestros conocimiento acerca de la espiritualidad.
Cuando tenemos prejuicios, lo cual perjudica nuestra visión de la Verdad.
Cuando buscamos a Dios únicamente para nuestro propio provecho.
Cuando nuestros actos no producen frutos reales.
Tipos de ceguera espiritual
Hay diferentes tipos o clases de ceguera espiritual y todas afectan nuestra espiritualidad de diferentes maneras y en distintos grados. Cuando la ceguera ataca no alcanzas a ver de una manera amplia lo que Dios te tiene reservado a ti, ni el propósito que Dios tiene para tu vida y la de aquellos que Él ha puesto a tu cuidado. Esta es la ceguera espiritual que limita el actuar de muchos ministerios y grupos y que no permite que el pueblo de Dios se desarrolle espiritualmente.
Ese tipo de personas pretenden resolver las necesidades que están lejos, mientras que ellas mismas no ven, o pretenden no ver, lo que está sucediendo a su alrededor.

Los principales tipos de ceguera espiritual son:
La búsqueda de ganancias personales: Cuando la persona está cegada por consideraciones de carácter personal acerca de cómo le afectarían a él las cosas y cómo podría sacar mayor provecho de ellas, tanto en el terreno espiritual como en el material. Si un día te preguntas: “qué voy a ganar o a perder si hago esto o aquello”, estás en grave peligro de ceguera espiritual.
El celo religioso exacerbado: Debemos ser conscientes de que tener especial celo por algo no prueba necesariamente que ese algo sea correcto, ni tampoco que estemos en el buen camino. Nuestro celo puede ser en sí mismo algo que nos ciega y no nos permite contemplar el entorno de una determinada situación, sino que solamente apreciamos lo que pensamos que es mejor, sin ningún tipo de consideraciones, e incluso a veces sin atender opiniones ajenas e imparciales.
El fanatismo religioso: Aunque al principio la palabra fanático llegó a significar protector del templo ya que proviene del latín fanum, que significa templo, posteriormente adquirió el sentido de una intemperancia desmedida en defensa de la religión. En otras palabras, el fanatismo es una pasión exacerbada, desmedida y tenaz hacia una determinada causa, en este caso religiosa.
La diferencia entre religioso y fanático reside en el hecho de que la persona religiosa ve la religión como un medio para aprender y salvarse, mientras que el fanático trata la religión como algo incuestionable. Además la persona fanática considera que quien piensa diferente a ella se convierte en una especie de adversario religioso.
El fanático es, por lo general, una persona ignorante e ingenua que no acepta consejos ni opiniones, y que se identifica con la causa que defiende actuando como juez de su verdad.
Los efectos de la ceguera espiritual
La ceguera espiritual es una condición real en todo ser humano desde su nacimiento y, por lo tanto, debe procurarse ayuda inmediata para su sanación en el mismo momento en que es consciente de su ceguera. De lo contrario jamás tendrá una fe vívida sobre las verdades del Evangelio y, por ello, su salvación espiritual será cada día más difícil de alcanzar.
Por otra parte, una persona que no acepta sinceramente su ceguera espiritual nunca tendrá a su alcance el arrepentimiento de sus acciones, ni verá con claridad el mensaje que Cristo quiere comunicarle para mejorar su vida cristiana. Esta propia ceguera espiritual lo hundirá más aún en el entorno de su diario vivir.
En definitiva, las personas verdaderamente ciegas son aquellas que creen únicamente en lo que miran, y deliberadamente prefieren no ver nada. Miran el mundo que existe a su alrededor, pero se rehúsan a ver en el mismo cualquier orden o significado. Están ciegas porque deciden serlo; inclusive negarían su vida antes que confesar su enfermedad. Prefieren seguir siendo ciegos antes que ser salvos. Prefieren ser su propio dios antes que confesarse con el Dios verdadero.

En otras palabras, perder la visión espiritual es perder el rango sobrenatural de la vida espiritual y quedar totalmente incapacitados para una efectiva y afectiva espiritualidad. El ciego no alcanzará a ver lo que Dios quiere hacer en su vida ni tampoco la situación por la que está atravesando, lo cual le conducirá irremediablemente hacia su propia destrucción.
Cómo recuperar la vista espiritual
Como hemos mencionado con anterioridad, nunca habrá sanación espiritual si no somos plena y sinceramente conscientes de nuestra enfermedad. Si sabes que estás padeciendo de algún tipo de ceguera espiritual, no te lo niegues a ti mismo. Humíllate ante la presencia de Dios y pídele que te abra los ojos espirituales para que puedas ver lo que El tiene reservado para tu vida. No permitas que el enemigo te ponga una venda en los ojos y te robe tu salud espiritual. Abres tus ojos y muévete dentro de la voluntad divina y verás que Dios cumplirá sus propósitos en tu vida y así podrás andar en los caminos que El ha marcado para ti.
Esta es la única fórmula para la sanación espiritual: humillarte ante Dios, reconocer tu ceguera y pedirle a El que sane tu vista espiritual y traiga luz a tu corazón.
La vista espiritual es siempre un don de Dios
La visión espiritual es siempre un milagro del cielo. El que verdaderamente ve espiritualmente ha experimentado un milagro, justo en el fundamento de su vida. Entonces toda su vida espiritual brota de un milagro: el de habérsele impartido vida a unos ojos que antes no veían. Es justamente aquí donde comienza la vida espiritual: viendo.
Pídele siempre y en todo momento al Espíritu Santo que obre en ti este milagro para que puedas ver y entender y así Jesús no tenga que decirte “por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo ni oyen ni entienden” (Mateo 13:13).
“Hijo del hombre, tú vives en medio de una casa rebelde; tienen ojos para ver, pero no ven; oídos para oír, y no oyen, porque son una casa rebelde”.

AGUSTIN FABRA. EMAGISTER.COM
El Libro de Hechos dice:" 13:22 Quitado Saúl, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.13:36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción".

QUMRAN ILUMINA SOBRE EL MONOTEÍSMO

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Lectura Qumrán Este es un archivo personal, resultado de seis años de investigación y recolección de información sobre el monoteísmo en sus tres grandes Ramas, cómo son el Judaísmo, Cristianismo e Islamismo, resaltando sus historias individuales,creencias y doctrinas y derivados de las mismas. .QUMRÁN en honor a las cuevas donde se hallaron Rollos originales de libros de la Biblia. Espero le sea útile el contenido del Archivo compuesto de ocho asuntos. Mapa Mapa Valle del Jordan Fotos del lugar

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