EL DON DE LENGUAS NO ES TARTAMUDEAR
Hablar en lenguas no es
tartamudear (Isaías 28: 11 – 12) como algunos lo creen y que por lo tanto oro
al Señor, por que es la voluntad de Dios que lo reciba ahora mismo y lo que
debo hacer es pedirlo y comenzar hablar tartamudeando por fe (Marcos 16, 17).
El texto ce Isaías no esta
hablando de don de lenguas, ni lo insinúa en su contexto, su tema es la advertencia a una nación sobre la
posible visita de pueblos extraños, los cuales hablan otras lenguas de
pronunciación distinta a ellos los cuales vendrán a intentar tomar la ciudad de
Jerusalén (anuncio del cautiverio, verso 13 del 28 de Isaías); y luego en la
promesa del retorno a Sion, les consuela diciendo, que no volverán a ver ese
pueblo orgulloso,” de lengua difícil de entender, de lengua tartamuda que no
comprenden” o babilonia (Isaías 33,19). Por lo tanto es un texto fuera de su
contexto, para reforzar una intención o criterio personal sobre el don de
lenguas; y además es muy clara la Palabra:
“Pero
todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.” 1 Corintios 12, 11.
Siervo
ROBERTO FONSECA MURILLO
EL DON
DE LANGUAS ES HABLAR UN IDIOMA
Y
fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen…¿Cómo, pues les oímos nosotros hablar
cada uno en nuestra lengua en lo que hemos nacido? Hechos 2: 4 y 8.
No puedo manipular al Santo
Espíritu, para que me de el don de lengua y pretender tenerlo por el dolo echo
que “la lengua se me trabe” o por aprender un idioma diferente al vernáculo,
hacer alarde de tener dicho don. El don de lengua es hablar un idioma y es un
milagro de Dios en un creyente (1 Co. 12, 10) y por experiencia se que son más
para instrucción o edificación a la comunidad, entre tanto exista un interprete
(1 Corintio 14). Supe de un caso de una persona que fue tratada como
Esquizofrénico, por la sola razón de hablar un Inglés perfecto cuando entraba
en lo que salieron llamar “en trance” y el mismo explicaba que nunca había
estudiado dicho idioma. Las cosas espirituales solo son entendidas
espiritualmente.
Siervo ROBERTO FONSECA MURILLO
EL DON DE LENGUAS NO ES LA UNICA
SEÑAL DE LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO
Jesús dijo:“estas señales
seguirán a los que creen,” y eso es cierto. “Echar demonios y hablar nuevas lenguas,” y esta promesa no me
autoriza para demandar de Dios el don de lenguas y mucho menos como la única
señal de la llenura del Espíritu Santo; y es que para que fluyan de mi interior
ríos de agua viva (Juan 7, 37 y 38), no es necesario sólo ese don, cuando hay
ocho más; y tengo la convicción de que de una u otra manera, siempre el Santo
Espíritu nos acompaña por palabra de sabiduría, por la fe con la cual siempre
nos toca mover montañas, por la posibilidad de orar para que otros sean sanos,
por la profecía o la facultad de exponer o enseñar las Escrituras (para San
Pablo era el edificante de la Iglesia), discernimiento de espíritus o
distinguir los falsos de los verdaderos y lo que pretende ser inspirado de lo
que no lo es; y el que menos se recomienda es el don de lenguas entre tanto no
haya un interprete, y ninguno es para vanagloria o edificación solamente
personal. Todos los dones son la edificación del cuerpo o más claro, la iglesia
y es la razón esencial por la cual, Jesucristo lo dijo:”estas señales seguirán
a los que creen,” y ellos somos la iglesia.
Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros?¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos? Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aun más excelente. 1 CORINTIOS 12: 27 AL 31.
LA PREMINENCIA DEL AMOR
1 CORINTIOS 14.
¡El
que tenga oídos para oír oiga y ojos para ver que vea…!
Siervo ROBERTO
FONSECA MURILLO