Éstos son algunos de sus pensamientos:
1. La falta de preparación adecuada. o hasta 3 semanas antes? Dedique un día de planificación no negociable de día mañana para escribir el
mensaje 5 días antes o 3 semanas antes de tiempo para que su mensaje sea más que efectivo.
2. El mensaje es demasiado largo. Muchas veces nuestros mensajes son demasiado largos que necesitan mucho tiempo porque no estamos preparados y nos encontramos divagando tratando de hacer nuestro punto. A menudo se toma tanto tiempo porque no nos entienden el punto de nuestro mensaje lo suficientemente bien.
3. Demasiadas buenas ideas. No permita que la información contenida de tantas buenas ideas confunda y que tu idea principal de tu mensaje sea opacada por tantas ideas que quieres decir a la vez. ¿Cuál sería el tweet para describir tu mensaje? Si no puedes resumir tu mensaje en 140 caracteres, tienes más trabajo qué hacer.
4. Muy pocas historias. Jesús fue un maestro de la narración. Gran contenido sin una historia no permite comunicar con eficacia. Las historias son importantes por las siguientes razones:
• Las historias mantienen nuestra atención. Un cerebro se cansa de escuchar al cabo de 10 minutos, y una historia ayuda al oyente volver a participar.
• Revuelve nuestras emociones.
• Nos ayuda a recordar.
5. No tener el claro objetivo sobre el oyente
La gente se pregunta: ‘eso es cierto, ¿y qué?’ ¿Qué quiero que el oyente a haga? Es necesario tener claro el objetivo que persigo a la hora de predicar. ¿Para qué le va servir este mensaje al oyente? ¿Qué pretendo que haga el oyente después de escuchar este mensaje?
Pensamientos finales:
Cuando pueda, grabe en video o en audio el mensaje y véase u escúchese a usted mismo y busque una manera de mejorar en el futuro.
“Hagan lo que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios, trabajando en el mensaje de antemano sabiendo que el Espíritu de Dios lo prepara a uno antes del mensaje.
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