Grupo Renacer
“Entonces se sentó, llamó a los Doce y les dijo: si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos” (Marcos 9:35)
Ante todo, el servidor es la persona que ayuda a otras a realizarse en una vida de fe, tanto a nivel personal como a nivel comunitario, atendiendo el llamamiento que el Señor le ha hecho.
Como su nombre indica, el servidor es una persona comprometida con Dios en favor de los demás y como tal tiene determinados compromisos que cumplir, de los cuales se derivan muchas responsabilidades. El primer compromiso es con el Señor, que es quien lo escogió. El segundo compromiso es con la Iglesia y con sus hermanos. El tercer compromiso es con sus demás compañeros de servicio.
En todo momento el servidor debe manifestar su lealtad, aprecio y respeto tanto para con el líder del equipo como para los demás servidores y para con toda su comunidad.
Es necesario que como católicos estemos bien formados en todos los aspectos de nuestra vida cristiana. Recordemos que un servidor debe estar preparado en todo sentido, tanto espiritual como magisterial. Un servidor sin preparación es como un ciego que trata de guiar a otro ciego.
Soltémonos y sirvamos a Dios con el carisma que él nos dio pero, sobre todo, hagámoslo por amor y dejándonos guiar por el Espíritu del Señor para cumplir su voluntad.
EL LLAMADO
“Síganme y les haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19).
¿Recuerdas el día en el que te llamó el Señor y tú con gran entusiasmo le dijiste: "Sí Señor, aquí estoy”?. Con el tiempo te vas dando cuenta que esa promesa muchas veces queda solamente en promesa, pues has experimentado que servirle al Señor no es tarea fácil. Pero piensa que no podemos decir que amamos a Dios, cuando no estamos sirviendo al prójimo.
Dejémonos conducir por El en medio de nuestra vida y al final, como dice San Pablo, “se reconocerá a cada cual de acuerdo con lo que hizo”. (1Cor. 3:8)
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