Proverbios 5, 1 al 6
Dominio del encanto. La muerte
espiritual es el producto del dominio del peso de la tentación que termina
dominando, gracias a su sutil proceso y el haber dejado de actuar como
cristiano de acuerdo a lo establecido por el Señor o sus razones (5, 2). Hay
principios de protección contra el dominio del
pecado “de deducción, utilidad y practica,” para superar la fuerza que
atrae a la acción o consumación de la tentación, pero los pasos de la
motivación son más fuerte y termina por matar en el pecado por permitírsele
pasar el limite de resistencia.
Sentimientos encontrados. La
tentación femenina brinda dulzura o
miel, y suavidad o aceite (5, 3); y el hombre o inexperto luego experimenta las
consecuencias: disolución y dolor. (5, 4). La disolución es la muerte de la
ilusión por lo sucedido realmente y de lo cual se percata tardíamente; y no se
puede vivir carnal mente de esperanzas que no corresponden a la verdad
espiritual. La imaginación es muy engañosa, y conduce a falsas
interpretaciones, es por eso, la
importancia de la sabiduría e inteligencia de lo alto (5, 1); y así no dejarse
llevar por la experiencia emocional intensa (5, 3)
Los labios junto con las yemas de
los dedos, son el tacto más extenso del cuerpo humano. Los labios pueden no
solo atraer, sino también seducir, desencadenando el papel de las feromonas (la
invitación inconsciente al acto mismo).
Conserva la vida. Algunas
atracciones son dulces al comienzo, pero amargas al final, y sabiamente en el
contexto del tema la misma Palabra invita a “considerar el camino de la vida” (5,6);
el asunto es tan serio, que algunos consejos deben ser tomados literalmente.
En el asunto con mujeres ajenas,
siempre abra problema, por uno u otro motivo: porque sedujo y el seducido es el
victimario; porque seduce, y la posible victima no se deja seducir; porque
ofrece sus encantos, y se siente rechazada; eres afeminado, porque nada le
dices como hombre; y en alguno de estos casos, en venganza, buscará destruirte.
Limítate al papel que corresponde ante ellas, para que nada tenga por verdad
para señalarte o acusarte, y te acompañe la desilusión, la amargura o el dolor;
y es la experiencia de muchos, la cual debe servir como espejo. Sino quieres
tener problemas de los cuales lamentarte, lo mejor es que no hagas nada, y
nada, es lo que puede insinuar haber entrado en el campo del tema en cuestión. (los
elogios, los cumplidos, color y calor de las conversaciones y tipos de
contactos físicos); en algunas culturas particulares, algunas de las
mencionadas se saben entender como también agradecer, debido a su “estructura
mental,” y eso lo saben sus nativos, pero recordemos:”Todas las cosas me son
licitas, pero no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más no me dejaré
dominar de ninguna” (1 Corintios 6, 12).
Bendición
Siervo. Roberto Fonseca murillo
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