El tronco directo de la raíz, retoño o renuevo; y contrario a la marchitez y sequedad; se espera en el nuevo año un renuevo de justicia, que haya honra. Un vestido de justicia y santidad en respuesta a la invitación de asumir con el nuevo año, una nueva naturaleza conectada a la raíz Cristo. Un nuevo espíritu en nuestra mente (el espíritu de la mente de Cristo); y su implicación de verdadera justicia y santidad acorde a la verdad (sostenedor)
En Cristo tenemos las posibilidades de ser unos conquistadores completos para el Señor. Él adiestra las manos para la batalla, y los brazos para entesar el arco de bronce (…) Su diestra nos sustentan en los nuevos días por venir. Inclinándonos por la opción de vida fértil ante su presencia, disfrutaremos de su fidelidad en grande “Sea lo que fuere que haya prometido. El lo cumplirá.” (Salmo 117, 2). Dios ha cumplido a los judíos por su verdad las promesas del Pacto con Abraham, promesas hechas a sus antepasados, y de las cuales también podemos disfrutar nosotros por su misericordia y ser vistos como posteridad de Abraham por la fe.
Bases bíblicas de su estudio: Ez. 29, 37 ; Is. 4, 2 ; Pr. 11, 19 ; Zac. 3, 8 ; Ef. 4, 24 ; Is. 11, 3 y 4 ; Ge.12, 3 ; Gá. 3, 8 y Ro 15, 9
Siervo
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