S. Mateo 22: 37 al 40
La ley fuera de lo ceremonial para el justo continua vigente en cuanto a luz para no pecar (S. Mateo 5, 17al 20) , y ahora es el ayo, pero no bajo el para salvación (Gá. 3, 25), en griego, paidagogos, “conductor de niños”. “Entre los griegos y romanos el paidagogos era la persona generalmente esclavo, que tenia la responsabilidad de educar y asistir constantemente a los niños hasta que éstos llegaban a ser mayores; ahora como “hijos,” no obedecemos a la ley por que le tenemos temor al ayo o pedagogo, sino voluntariamente, porque Dios envió para ello en los corazones al Espíritu Santo y por lo tanto no hay esclavitud en su obediencia, porque el Espíritu está en sus redimidos y ahora se goza de libertad para obedecerla (Gá. 4: 1 al 6).
El resumen de la ley dada en el antiguo pacto, continua vigente, la diferencia es que ahora se vive desde el interior o corazón (sentimientos, afectos, disposiciones y actitudes); véase bien y escudríñese, todo el contenido sobre el sermón del monte: San Mateo capitulo 5 al 7, 29. Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen S. Mateo 13, 16.
En avance de la revelación y por lo tanto en unas mayores demandas del Dios Padre dadas a conocer por su unigénito Hijo Jesucristo y con la compañía ahora de quien las enseña todas las cosas, recuerda todo lo enseñado por el redentor y salvador, quien asiste los corazones para que anden conforme a la ley de Dios (Ro. 8, 1, 6,7, 8 y 9).
Es así, que de acuerdo al lugar permitido tanto a Jesucristo, como al Santo Espíritu, en cada una de las vidas ante Dios Padre; la santa palabra le asigna un nombre o identidad, que le recuerda por sus características su real posición y situación ante Él:
Siervo Roberto Fonseca Murillo
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