S. Lucas 9: 18 al 20
Estando una vez orando a solas, en compañía de los discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otro
s, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos ha resucitado.» Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.
Recuerde que los hombres son lo que aún no han conocido y comprendido las verdades divinas como son en realidad y viven dentro y de acuerdo a sus propios pareceres.
No es que Jesús ignore realmente lo que las gentes dicen y piensan de El, sino que se presenta la oportunidad de obtener de ellos una declaración de su fe, si hay o no hay claridad sobre su verdadera personalidad, después de andar juntos y conocerle: ¿Quién dicen los hombres?, implica que hay generalidad de opiniones o distintas posiciones sobre si; y no está en juego o de por medio como algunos suponen, la teoría de la transmigración del alma o la creencia del oriente sobre la reencarnación del alma por el karma (purificación de los pecados), y que por lo tanto esperamos que es el alma de Juan el Bautista o de Elías o de Jeremías u otro profeta, quien ahora reposa el cuerpo de Cristo; y mucho cuidado con esos antojadizos y falsas suposiciones para tratar de encontrar bases bíblicas para falsas doctrinas.
Siervo.
Recuerde que los hombres son lo que aún no han conocido y comprendido las verdades divinas como son en realidad y viven dentro y de acuerdo a sus propios pareceres.
No es que Jesús ignore realmente lo que las gentes dicen y piensan de El, sino que se presenta la oportunidad de obtener de ellos una declaración de su fe, si hay o no hay claridad sobre su verdadera personalidad, después de andar juntos y conocerle: ¿Quién dicen los hombres?, implica que hay generalidad de opiniones o distintas posiciones sobre si; y no está en juego o de por medio como algunos suponen, la teoría de la transmigración del alma o la creencia del oriente sobre la reencarnación del alma por el karma (purificación de los pecados), y que por lo tanto esperamos que es el alma de Juan el Bautista o de Elías o de Jeremías u otro profeta, quien ahora reposa el cuerpo de Cristo; y mucho cuidado con esos antojadizos y falsas suposiciones para tratar de encontrar bases bíblicas para falsas doctrinas.
Siervo.
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