SERIE CONCIENCIA # 2
LA CONCIENCIA ES UNA LEY ESCRITA
POR DIOS EN MI CORAZÓN (SENTIMIENTOS) Y MENTE (RAZÓN)
La conciencia debe ser moldeada
por Dios. La conciencia es la ciencia o conocimiento recibido directamente de
Él (lo contrario carece de valor y provecho); y es por eso que todo hombre y
mujer instruido por el omnisciente es bienaventurado (dichoso doblemente), y
porque ahora no ignora la ley, de yarah, “dirigir, guiar, enseñar, enderezar o
señalar hacia adelante”; porque guía las
vidas por el sendero trazado por él, e instruye constantemente en santidad y
justicia; muestra la senda que lo es verdad (emunah, de aman, ·sostener y
afirmar en su camino)., ¡gloria a Dios por ello.!.La conciencia es autoridad y
testimonio de Dios en nosotros, de aquel que no puede mentir ni engañar y de lo
cual sufrimos sus siervos es de saber, que quien lo hace (engañar, mentir), se
engaña así mismo y emana desconfianza e incredulidad; y por el contrario, quien
es enseñado (obrando), motiva descanso, y paz y confianza (no por la apariencia
o estereotipos).
Para el logró de ello, debemos
tener sería consideración, no es asunto de ética ni de axiología y mucho menos
de esfuerzos personales: (1) Dios no hay duda, da conocimiento al hombre y la
mujer; les da entendimiento y razón. (2) Les da una revelación de si mismo
(quien no conoce real mente a Dios, le es fácil desobedecerle o desagradarle )
; coloca delante de ellos esa razón y ese entendimiento sobre su ley divina.
Los juicios (dictados) de Dios en lo mas intimo de mi, me hace sentir en
constante juicio y ese temor (reverencia), en ir siempre en búsqueda de lo
recto en cualquier lugar. Salmo 94, 11 al 15 e Isaías 29, 13 al 15.
Delante de Dios es por la
anterior razón, que no se puede tener un estado de indeterminación mental o
conciencia (mente de Cristo), y en ese dudar, permitir que el pecado azote al
alma; y eso ocurre por lo general, cuando solo nos enseña y demanda el hombre o
la mujer y el temor (miedo ene ste caso de ser censurado o señalado), no es más
que mandamientos humanos y temor humano inducido o condicional y en cualquier
momento, pueden más las circunstancias que el dominio propio del entendimiento
y juicio (dictados)divino en nosotros.
Véase Ezequiel 31, 33 y 34;
Eclesiastés 7, 12
Siervo ROBERTO FONSECA MURILLO
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