LA COMUNIDAD EN VALLE SECO.

Ezequiel 37, 1 al 11.
Un valle es una zona de encuentro entre lo físico y lo espiritual, entre la vida y no vida; Es un resultado entre la influencia de la presencia del agua y el efecto de está en todo lo que le conforma; Es muestra de la prosperidad, la abundancia, la fertilidad, la multiplicación, en una palabra, la expresión viva de la bendición de Dios.
El valle seco es el Israel abandonado aparente mente a su merced por su rebeldía a los mandatos divinos y por lo tanto por su desobediencia a Dios. Es la tierra desolada, obviamente improductiva por el abandono, sin vida por que la fuente de agua se seco. Toda la expresión de la presencia y poder de del Eterno, están total mente ausentes; Los presentes no cuentan, ni afectan ni suman, se conforman o se resinan, todo se les torna una rutina y pierden la percepción de su propia realidad e incluso la capacidad de diferenciar entre lo verdad y la falsedad.
Hoy existen valles secos de huesos secos, cautivos del pecado el cual no disciernen (mente entenebrecida o oscurecida), viven en desamor o lo confunden con la mera amistad o zalamería (amor a los enemigos y su preeminencia 1 Co. 13.), confunden religiosidad con espiritualidad (Santiago) o las expresiones del cuerpo con avivamiento (no es solo avivarnos, es avivar Dios su obra: Hab 3,2 y 1Ti. 1,6.), anteponen nombres de hombres al nombre de Dios (Corintios 1, 10 al 17.), se confunde la sabiduría humana con la sabiduría de Dios (1Co. 2, 6 al 16.), existen constantes contiendas entre sus huesos por lideres (1Co.3, 1 al 23.), no existe restauración entre sus huesos (Gá. 6, 1 -10), no existe respeto ni acatamiento a Dios por medio de sus ministerios (Ef.4, 1 al 16.),es ausente un real espíritu de humildad (Fil. 2,1 al 17.), se frena la constante renovación o regeneración (Col.3, 1 al 17.), quieren vivir de espalda a las leyes y autoridad de un Estado (Ro. 13,1 al 14.), no pueden o no saben arreglar sus diferencias entre ellos mismos (1 Co. 6, 1 al 11.), estos huesos son huesos, por su conformidad con el proceder del mundo (Ro. 12, 1 al 21.), estos huesos obviamente, aún no han dejado avivar EL ESPÍRITU DE VIDA EN CRISTO EN ELLOS (Ro. 8, 1 al 27.), y por lo tanto les es difícil asumir las angustias y aflicciones en el Señor (Ro. 8, 37 al 39.), que es muy distinto a entristecerse por la obra de Dios (Ro. 9, 1 al 6.), además no emana de ellos el soportar las flaquezas de sus semejantes (Ro.15, 1-6.), o respetar la conciencia de los otros sabiamente (1 Co.8,1 al 13.) y obrar y actuar en concordancia o evitar la inconcordancia (1 Co. 10, 23 al 33).
Ojo con las frases de cajón que se usan para justificar algunos aspectos de los mencionados y quedar bien con la conciencia propia y creer logar lo mismo ante un Dios celoso y justo.; la frase más usada es: “Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”, 2 Co. 3, 17b., de eso trataremos en otra ocasión.

CUANDO SE BUSCA A CRISTO SE ESPERA ENCONTRARLO EN SUS ANTIGUOS SEGUIDORES Y CUANDO NO LO HAYAN O BUSCAN OTRO LUGAR O SE LE ALEJAN PARA SIEMPRE. POR ESO DEBEMOS INSISTIR EN NO TRAER INVITADOS A NUESTRO VALLE, ENTRE TANTO NO SEA EL LUGAR PROPICIO PARA UN INICIAR, CRECIMIENTO Y MULTIPLICACIÓN DE FRUTOS. PÁRESE UN ABSURDO, PERO CUAL QUIERA SE MUERE EN UN VALLE SECO. 

SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.

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