¿Usted ya paso por alguna situación o escucho a alguien comentar que mantuvo una relación a distancia? En fin, son varios los motivos que llevan a una pareja a tener que relacionarse por teléfono, internet, mensajes de texto o viajes de largo plazo. Hay quienes incluso mucho más lejos y se conocieron en algún viaje, tuvo que mudarse por causa de los familiares, el trabajo o incluso otra oportunidad.
“Muchas personas no se sienten lo suficientemente fuertes como para soportar el dolor de nostalgia y tanto tiempo lejos, y así, acaban desistiendo de la relación. Pero, la gran verdad es que realmente necesitan tener mucho amor, fuerza de voluntad y coraje”, dice la psicóloga Fátima Brunel Sampaio.
De acuerdo con Fátima, en una relación, encarar la distancia es muy difícil, porque además de las dudas normales y cotidianas de una pareja, siempre habrá otras que pudieran interferir. Por eso, es importante no dar oídos a las conversaciones de ajenas.
“No deje que los celos también perturben la relación. Si la pareja está junta, incluso cuando hay distancia física de muchos kilómetros, es una señal de que realmente se gustan”, comenta la especialista. Así, aproveche los momentos para conversar, ponga la conversación al día y dé los detalles de las situaciones cotidianas para que su pareja se sienta más cerca.
Para la profesional, es muy relativo decir que el noviazgo a distancia es algo frío, ya que hay muchas parejas que están siempre juntas y con la facilidad de verse, y sin embargo uno de ellos se siente solo.
“Quién vive un noviazgo así, debe entender que la relación necesita de un aprendizaje diario. Viva un día a la vez y confié en su pareja. Sea paciente y no desista del amor”, aconseja Fátima.
El amor supera
“Durante seis años de mi vida amorosa tuve que relacionarme a distancia. No fue nada fácil, pero el amor supero todas las dificultades impuestas. En ese momento, mi esposo y yo éramos jóvenes y aún teníamos la necesidad de completar los estudios antes de tomar cualquier decisión. Cuando decidimos casarnos, hicimos todo con mucho cuidado. Buscamos la casa, la amoblamos y luego oficializamos el matrimonio”, recuerda la administradora de empresas Josiane Serra.
Ella cuenta que incluso después de un largo tiempo de noviazgo, sólo pudieron conocerse realmente el uno al otro después del matrimonio, pues descubrieron las manías, gustos y deseos de cada uno. “Recuerdo que al principio no sabía que comida le gustaba más, por eso es bueno conversar de todo”, concluye Josiane.
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