escrito por Eggly Cuesta Márquez/DLA Táchira | |
miércoles, 28 de diciembre de 2011 | |
Cuántas veces no hemos escuchado a nuestros abuelos contar historias para nosotros asombrosas de cómo vivían las festividades decembrinas, de lo felices que eran compartiendo en familia, celebrando el nacimiento del Niño Jesús y de recibir como regalos de navidad caramelos.
Por eso, a través de estas dos hermosas señoras, Ligia y Julia, te invitamos a reconsiderar la manera en la que vives o ves a la navidad, descubriendo que más allá de los regalos, los estrenos y las fiestas que por estos días se hacen, debemos propiciar el reencuentro familiar y por qué no, descubrir que valores como el amor, el respeto, la reconciliación y la paz, son también hoy en día los regalos más importantes que podemos recibir y dar en navidad Desde que estamos pequeños, nos enseñan que el 24 y el 25 de diciembre son días para esperar al Niño Jesús y también para abrir muchos regalos. Otros en cambio celebran la llegada de San Nicolás. Pero sin darnos cuenta nos enfocamos hoy en día en el regalo y la fiesta como tal, olvidando que el verdadero significado de estas fechas son el reencuentro familiar y el celebrar el nacimiento del niño Jesús. Mientras nosotros hemos desfasado su significado, nuestros abuelos y aquellas personas a quienes los años han ido surcando en su ser las huellas del tiempo y de la experiencia, han mantenido vivo, al menos en su corazón, el verdadero significado de la navidad, y añoran esas navidades que vivieron de niños y en su juventud. Todo ha cambiado Con sus 85 años de edad, la señora Ligia Parada de Salgado, nos confiesa que la Navidad para ella siempre ha sido lo más grande, pues con ella llega cada año el recordatorio del nacimiento del niño Dios, y con el pesebre, la enseñanza de lo importante que es la unión familiar. Por eso, ve con tristeza como ahora se viven las navidades, pues asegura que estas fechas han perdido el entusiasmo y significado que les caracterizaba años atrás, quedando hoy en día, y a su forma de ver, unas navidades muy simples y superficiales. "Ahora las personas no se afanan en colocar el pesebre, ni en ir a las misas, sólo se preocupan por los estrenos, por ir a celebrar fuera de casa y ya. Incluso el fin de año, un día que es para estar en familia, los jóvenes se apresuran a dar el abrazo de año nuevo para salir corriendo a una discoteca. Cosas que antes ni cruzaban por la mente de las personas, ya que estas fiesta eran una celebración que se disfrutaba en casa y en unión familiar". Al querer ahondar en esas navidades que vivió de niña, y que transcurrieron entre Tovar y Táriba, la señora Ligia, haciendo memoria nos aclara que de esas navidades disfrutó sin duda alguna el compartir familiar y las actividades religiosas que por tradición se realizan. --Toda la familia asistía a las misas de aguinaldo, las cuales se realizaban a las 4:00 de mañana. De la iglesia se salía como a las 5:30 de la mañana y de allí nos íbamos a patinar, a caminar y a ver la quema de pólvora. También íbamos todos a la misa de medianoche del 24 de diciembre, y de allí nos marchábamos a la casa a cenar, no como ahora que la cena de navidad se hace temprano. Entonces disfrutábamos de las hallacas y de los dulces caseros, y luego, nos íbamos a dormir, claro no sin antes colocar alrededor del pesebre los zapatos para que el Niño Jesús nos trajera un regalo. En cuanto a las decoraciones navideñas, la señora Ligia nos cuenta que en sus navidades infantiles no se colocaban adornos ni se decoraban árboles, sólo se colocaba el pesebre. "Para el pesebre se almidonaba una tela con la que luego se haría las montañas, y además de las figuras del nacimiento, colocábamos aparatos de cuerdas. Eran pesebres muy hermosos los que se hacían en esos tiempos y nosotros solíamos salir en las noches a ver los pesebres de las casas vecinas". Fue por muchos años el Niño Jesús, quien en la madrugada del 25 de diciembre dejó en el zapato de la pequeña Ligia y en los de sus otros cinco hermanos, regalitos. Recuerda con mucha ternura como inocentemente disponían sus zapatos alrededor del pesebre con la ilusión de recibir un obsequio, así como de la alegría que experimentaban al despertar y encontrar caramelos, uno que otro juguetito, una muñeca quizás, y dos bolívares. También entre risas nos contó como uno de sus hermanos, el más travieso claro está, se escabullía de la cama antes que los demás, para ver los regalos y aprovechar para quitarles algunas de las monedas traídas por el Niño Jesús a sus hermanos. "Antes, los regalos de navidad eran muy sencillos, muy humildes, pero muy apreciados por los niños que lo recibían, mientras que ahora la sorpresa del qué se recibirá de regalo ha sido sustituida por peticiones específicas que cada año se hacen menos accesibles al presupuesto familiar, y es que hasta en algunos hogares el Niño Jesús ha sido sustituido por el papá Noel", puntualizó. A recuperar las tradiciones Diciembre era un mes para compartir en familia, volver a ver aquellos familiares que vivían fuera y para disfrutar con los vecinos, por eso cuando llegaba el último mes del año, se sentía un ambiente distinto que invitaba a vivir esos días en unión, amor y paz. Rememoró la señora Ligia, que desde las 2:00 de la mañana empezaban a escucharse los villancicos en la iglesia que llamaban a las misas de aguinaldo, y durante el día, se hacía en las plazas piñatas, las cuales eran ollas de barro que se rellenaban de caramelos y juguetes para los niños que se acercaran al lugar. Las hallacas, así como los buñuelos de yuca y el dulce de lechosa, eran tradición familiar, y no sólo se preparaban con la ayuda de todos los miembros de la familia, sino que una vez listas, destinaban unas cuantas para obsequios a los vecinos, así como uno que otro plato típico navideño. No había bailes como ahora tienen los jóvenes, sino la fiesta de los niños, los juegos de aguinaldo en los que participaban todos, familiares y vecinos desde el 15 de diciembre, siendo algunos de esos juegos la pajita en boca y el escondite. También se caminaba mucho sobre todo en las madrugadas, y en aquellos tiempos, según lo resalta la señora Ligia, nadie se metía con nadie, no había tanta maldad y violencia, tanta inseguridad. Muy esperadas eran en esa época las paraduras del Niño, en las que las mismas personas que vivían en el sector, se vestían como la virgen María y san José e iban con un burrito recorriendo las casas en busca del niño que se le había perdido, recorrido que hacían junto al párroco y todo el pueblo. En fin tradiciones que eran muy arraigadas en los pueblos, pero que con los años han ido debilitándose, y poco a poco perdiéndose. Por eso, el deseo de navidad de la señora Ligia es el de recuperar las tradiciones, esas que permitían vivir el verdadero significado de la navidad, las cuales asegura se pueden rescatar a través de muchos sacerdotes jóvenes, emprendedores, y con ayuda de las personas que como ella vivieron esas navidades y se sienten comprometidos con devolver la luz perdida. Y las de nuestros campos también Las navidades que tenían el campo como escenario, también son añoradas, así nos lo hizo ver la señora María Juliana Vargas, o señora Julia, como la conocen sus vecinos en El Piñal, municipio Fernández Feo, quien a sus 79 años de edad hace énfasis en que las navidades han cambiado mucho, "ya no existe ese compartir en familia tan bonito que había en estas fechas, sino un alboroto. Se ha perdido el verdadero significado de la navidad y hoy en día unos van a la iglesia y otros se van a la calle, lo que existe es una desunión". Las navidades que vivió de niña, según recuerda la señora Julia, daban toda la importancia al compartir familiar y al pesebre, tampoco ellos colocaban el árbol de navidad, pues explica que les fue inculcado que el árbol era una tradición pagana y que como cristianos no debían hacerlo. --Lo que más recuerdo de esa época es el pesebre inmenso que se colocaba en casa de una tía. Como vivíamos rodeados de naturaleza y gran vegetación, acostumbrábamos a ir al monte a buscar el musgo y ramas del árbol de laurel para colocarle al pesebre. Toda la familia participaba en la elaboración del pesebre, se hacía en la sala y muy grande, sin importar si habían poquitos adornos. Eso sí, tenía que estar listo antes del 8 de diciembre, día de la Virgen y para las misas de aguinaldo, a las que toda la familia asistía sin contratiempos. Para ellos, comenta la señora Julia, el 24 de diciembre pasaba inadvertido, ese día no se hacía la cena navideña que ahora se acostumbra, y tampoco había regalos ese día. Recuerda que la celebración llegaba era con la paradura del niño, y era para ese día que en su familia y quienes vivían en las fincas vecinas, preparaban hallacas, dulce de lechosa, buñuelos, carne, en fin de todo. La paradura del niño era una tradición muy linda y esperada para ellos, se representaba la pérdida del Niño Jesús, se asignaban unos padrinos para el niño, y se comenzaba entre villancicos la procesión en las fincas vecinas en busca del Niño Jesús. Con lo años, la navidad comenzó a cambiar, así que para cuando se casó y tuvo sus hijos, la navidad se festejaba con la compra de los estrenos y de regalos, pero también se iba en familia a misa y se daban paseos. "Aun cuando se percibían grandes cambios, las navidades no eran tan superficiales y alborotadas como ahora. Muchos y sobre todo los niños creen que la navidad son los regalos, el juguete que reciben, y yo no estoy de acuerdo con que se siga permitiendo esa creencia, pues en la navidad lo primero debe ser Dios, y luego lo material", enfatizó. También la señora Julia añora esas festividades decembrinas de su niñez, pero si bien le gustaría que las nuevas generaciones las retomaran, ve eso muy difícil de hacerse realidad, pues sus nietos no entienden cómo pudo existir navidades como las que le cuenta su abuela, e imaginan que siempre estas fiestas han sido igual a como se viven ahora. Señora Ligia: "aquellas navidades que de niña pude vivir, me enseñaron que la unión familiar lo es todo, por eso no podemos dejar de compartir estas fiestas en familia". Señora Julia: "a medida que fuimos creciendo, todo fue cambiando y ahora se vive la navidad de una manera muy distinta y superficial". El mensaje de navidad Las señoras Ligia y Julia, han intentado hasta ahora en vano que sus hijos y nietos entiendan la belleza de las navidades pasadas y se sientan motivados a recuperar estas tradiciones sobre todo religiosas, "pero las nuevas generaciones son muy renuentes a esto, ellos van cada día viviendo el cambio y alejándose de estas bellas tradiciones. Por eso nuestro mensaje a las nuevas generaciones y que viene de nuestro corazón y de la experiencia que los años nos han donado, es a que vivan el verdadero significado de la navidad, que retomen en estas fiestas el compartir familiar, y que eviten hacerlas tan superficiales. Que busquen a Dios, pues sin él, no hay nada". |
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Pachuca, Hdg, México
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miércoles, 28 de diciembre de 2011
Las navidades de ayer son añoradas hoy
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QUMRAN ILUMINA SOBRE EL MONOTEÍSMO |
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Ver Edificios UPAEP en un mapa ampliado
.,,,,,
Lectura Qumrán Este es un archivo personal, resultado de seis años de investigación y recolección de información sobre el monoteísmo en sus tres grandes Ramas, cómo son el Judaísmo, Cristianismo e Islamismo, resaltando sus historias individuales,creencias y doctrinas y derivados de las mismas. .QUMRÁN en honor a las cuevas donde se hallaron Rollos originales de libros de la Biblia. Espero le sea útile el contenido del Archivo compuesto de ocho asuntos. Mapa Mapa Valle del Jordan Fotos del lugar |
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