EL REFRÁN SOBRE MALDICIÓN.
Ezequiel.18:1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
18:2 ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera?
18:3 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel.
18:4 He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.
18:5 Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia;
18:6 que no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare a la mujer menstruosa,
18:7 ni oprimiere a ninguno; que al deudor devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de su pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido,
EL SENTIDO DEL REFRÁN DE MALDICIÓN. I PARTE
Los refranes son propios de la sabiduría judía y conocerlos era adquirir experiencia y prestigio y está se lograba con los años. Este es Cada cual morirá por su propia maldad ;" Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" ( Gá. 6,7 y 8 ), la retribución del pecado es la muerte (Ro. 6, 23 ). La solución a este problema no es el rompimiento de la maldición, sino el arrepentimiento de la persona y su restauración a la obediencia a Dios
SOBRE LAS MALDICIONES. II PARTE
Aceptemos las enseñanzas de la Palabra que afirman el juicio de Dios para los que quebrantan sus mandamientos y admitimos que dichos juicios pueden alcanzar a sus descendientes e incluso a su propia tierra ( 2 Cr. 7, 14 ). Pero también debemos agregar la que la misma Biblia también enseña bajo el pacto de la gracia provisto a través de Cristo. Los cristianos nacidos de nuevo no tiene porque estar bajo maldición, ya han sido liberados. No toda enseñanza sobre las maldiciones es falsa, pero la manera como se utiliza las citas bíblicas, para el menos preparado, puede pensar que todo lo que se dice es realidad.
Todo verdadero creyente, ahora debe estar bajo bendiciones y no puede estar a su ves bajo maldiciones.
Gá. 3, 13; 1 Co. 5, 19 al 21 ; Col. 1, 13 ; Ef. 1, 6 ; Ro. 8, 30 y 2P. 2, 5 al 9.
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