¿Usted dejaría que su hija menor de edad viva con su novio? ¿Haría eso tranquilamente? Pues bien, a finales de julio, el caso de Flávia Anay de Lima, de 16 años, que cayó del piso 15 del edificio donde vivía con su novio, el futbolista Rafael Silva, de 20 años, reporto el noticiero.
La relación comenzó cuando la adolecente tenía sólo 12 años de edad, y ellos empezaron a vivir juntos, con el permiso de los padres de la muchacha cuando ella tenía 15 años. Inicialmente, la muerte de Flávia fue registrada como suicidio, pero la hipótesis de que fue arrojada desde el edificio de Rafael no está descartada. La pareja tuvo una pelea violenta antes de la muerte de la joven.
“Cada día nos encontramos con más casos de niñas que empiezan a enamorarse aún cuando deberían jugar con sus amigas. Si los padres tienen que enfrentar una situación así tan temprano, es necesario que mantengan los ojos abiertos y no acepten muchas libertades que la pareja quiere adquirir. Vivir juntos, por ejemplo, es complicado hasta cuando se tiene mucha experiencia de vida”, dice la psicóloga Andréia Medeiros Munhoz.
De acuerdo con la profesional, no existe una edad adecuada para empezar a enamorarse y mantener una relación estable. Pero, incluso con 16 o 17 años es muy temprano. Además de eso, es necesario que los padres tengan discernimiento para saber imponer los límites requeridos cuando el niño o adolescente aún no tiene la personalidad formada.
Consejos para los padres
Según Andréia, por más que los hijos ya tengan una mentalidad formada e incluso con madurez para enamorase, los padres deben estar pendientes en el comportamiento de los dos, en las miradas entre ellos, en la familia del otro. Cuando algo no está bien, los indicios lo muestran y no hay manera de hacerse de la vista gorda ante una situación peligrosa.
“Este siempre cerca de su hijo, dele libertad para que el sea sincero y confié en sus consejos. Ser demasiado rudo o ignorante sólo hace que el joven tenga miedo de las actitudes de los padres”, concluye la psicóloga.
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