La ceguera no es parte de un Siervo II. parte.

En el Nuevo pacto San Pablo nos dice unas palabras que las tomo como un lema “porque por fe andamos, no por vista” (2 Co. 4, 7). ¿De que habla?, habla de dos estados o morada terrenal y la morada celeste. Entre estos dos mi vida misma puede ser el puente y depende de cómo la viva ahora para estar junto al Señor; teniendo la garantía del Santo Espíritu viviré como si estuviera ya gozando de la presencia real del Señor y por lo tanto  procurare serle siempre agradable, eso es andar por la fe y no vivir acorde a la realidad terrenal que es andar por vista. Es con razón que el mismo San pablo expresa” Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios…”( Gá 2, 20). Cuando se anda por vista los resultados en nuestra vida son distintos a los esperados por Dios como sus hijos. Los titubeos de un lado para otro o con unas creencias hoy y otras mañana; son dificultad para saber diferenciar entre lo malo como malo y lo bueno como bueno o entre lo que es y no es; entre creer saberlo todo y dudar de lo que creemos, corremos desenfrenadamente detrás de todo viento de doctrina porque nos guiamos por los sentidos naturales y no podemos distinguir entre filosofías y doctrinas bíblicas, entre lo proveniente de la humana sabiduría y lo proveniente de la sabiduría de lo alto. Se genera la impiedad e indiferencia ante la realidad que demanda una sensibilidad o conciencia espiritual, surgen los conflictos y los distanciamientos entre cristianos y con tristeza se dice, entre siervos (Recordemos el distanciamiento ligero que se presento entre San Pedro y San Pablo en el año 50 ). Se generan los juicios aprioris o prejuicios y las comunidades e iglesias se restan o menguan como se mermo el pueblo de Dios en el Antiguo pacto y se le llamo El Remanente de Dios y lo mas triste es que los ciegos por ser ciegos, no son consientes del mal que pueden producir o producen y bien dijo El Maestro de Galilea:

“Dejad a los ciegos guías de ciegos; y si un ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”, San Mateo 15, 14 al 16.

El llamado de Dios a nosotros es saber conocer su voluntad y esto solo se logra cuando la meditación o la reflexión junto con la oración afectan de una u otra manera mi vida y la torna más santa y la vivifica para ser sensible a los pensamientos del Señor, recordemos que Samuel en este aspecto estaba fuera de la voluntad real de Dios y el nos reconviene a andar por fe y no por los sentidos humanos que engañan o distorsionan el poder ver o discernir su verdadera voluntad por hacer de parte de los suyos. Andemos en este mundo terrenal con este cuerpo mortal como si realmente estuviéramos en sui presencia, es decir procurando serle siempre agradable. No mirando alrededor las cosas que se ven, si no las que no se ven, aprovechando el tiempo; Hermosas palabras del Señor que instan a buscarle cada día más. Los asuntos de Dios se resuelven desde lo espiritual en la fe o visión de lo espiritual.

Señor reconocemos que en ocasiones limitamos tu real actuar en este mundo, por querer ver y obrar todo desde nuestro parecer y  proceder. Perdónanos cuando queriendo revelarte a nosotros, nuestra ceguera espiritual  no nos permite percibirte y cuanto habremos dejado de hacer por ello. Perdónanos si no te hemos permitido edificar a tu pueblo de acuerdo a tus pensamientos por imponer los propios; ahora alimenta más mi fe para andar en lo sucesivo por Ella y poder así ver lo que asta el presente me ha sido oculto. Amén.  

Sabemos que Dios ha escuchado nuestra oración.

Fraternamente en Cristo

Siervo Roberto Fonseca Murillo