¿Cuál es la respuesta para un mundo tan lleno de odio, matanza, egoísmo, y maldad? Aún las noticias del periódico dan escalofrío al leer de tanta cosa que sucede. Jesucristo enseñaba una respuesta por medio de una revolución de amor. Fue tan asombrosa Su enseñanza que hasta sus propios discípulos se sorprendieron al oír sus conceptos. Note los contrastes entre Su enseñanza y la enseñanza de esos días.
Concepto de su Día Enseñanza de Cristo
Odiar a sus enemigos Amar a sus enemigos
Maldecir a los perseguidores Bendecir a los que nos mal tratan
Perdonar un máximo de 7 veces Perdonar 490 veces (sin límite–que sea hábito)
Que otras personas nos sirven Vivir una vida de servir a otros
Gozarse en recibir todo para sí mismo Gozarse en compartir sus bienes con otros
Juzgar a los que nos hacen mal Proteger al hermano del juicio de otros
Demandar por todo lo que otros me deben Sufrir pérdida antes que demandar a otro
Tratar duramente a personas con delitos Buscar arrepentimiento y mostrar misericordia
Veamos tres aspectos de este amor revolucionario que Cristo enseñaba a los suyos.
- AMAR A DIOS (Mateo 22:35-38)
- De todo su corazón – Obedientes a Sus mandamientos
- De toda su alma – En adoración a Dios
- De toda su mente – Meditando en Su Palabra
- AMAR A LOS HERMANOS (Juan 13: 35-38)
- Un amor que sirve – Cristo mismo nos puso el ejemplo, sirviendo. Jn. 13:1-17
- Un amor que perdona – Que no toma en cuenta la ofensa de otro. Mt. 18:23-35
- Un amor que da – Jn. 3:16 y I Jn. 3:16-18 ¿Qué puedo dar? (dinero, tiempo, talento)
Hoy día la falta de este amor de servir, perdonar, y dar, es el tropiezo más grande a una revolución de amor.
- AMAR AL PRÓJIMO (Mateo 22:39)
(¿Quién es mí prójimo? Todo aquel que padece necesidad y yo puedo ayudar en algo.)
- Necesidad material. Esto es lo que hizo el Buen Samaritano con el hombre golpeado.
- Necesidad social. Jesucristo brindó Su amistad a Mateo, un publicano despreciado.
- Necesidad espiritual. Cristo respondió con compasión al ver a la gente inconversa.
Mt. 9:35-39
CONCLUSIÓN
- El amor ferviente para Dios nos mueve a buscar lo que Él quiere y agradarle con nuestras vidas.
- El amor para otros hermanos en Cristo, echa fuera el rencor, el odio y los resentimientos.
- El amor para el prójimo nos mueve a activarnos en evangelismo que lleva fruto, y se compadece de las necesidades de otros.
Una revolución de amor no empieza con un sermón ni con palabras bonitas, sino con las acciones de los creyentes; que pongan en práctica lo que están aprendiendo en su iglesia.
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