Un cristiano debería más bien pedir a Dios gracia para
sobrellevar paciente y tranquila mente la imperfección de la esposa, que pensar
en los medios para separarse de ella.
La practica del divorcio es totalmente incompatible con el
designio original del matrimonio (Mt. 5: 31 y sig.; 19: 3 y sig.)
“A no ser por causa de fornicación “
No puede haber otra causa licita de separación que el
adulterio – La palabra adulterio viene del latín adulterium que es compuesto de
ad, “a o con”, y alter, “otro”.- de cualquiera de las dos partes. En tal caso,
según la ley de Dios, el hombre puede repudiar a su mujer, y la mujer puede
repudiar a su marido (Véase Mr. 10: 12. No existía tal derecho para mujer en la
Ley).
Las escuelas teológicas y filosóficas -La de Shammai y la de
Hillel-. La de Shammai sostenía que un hombre no podía repudiar legalmente a su
mujer, salvo por causa de adulterio. La de Hillel por lo contrario ensañaba que
podía hecelo por una multitud de causas. “Cuando ella no hallaba gracia ante
sus ojos,” es decir, cuando él veía otra mujer que le agradaba más.
Jesús se inclina por la Escuela de Shammai, tomando o
interpretando el precepto de Dt. 24: 1:”Por haber hallado en ella alguna cosa
indecente.” Lo cual en el original es
inmoralidad; y adulterio es de la traducción Septuaginta. Mt. 19: 9
El hombre no puede vivir en abierta contradicción con la
decisión del creador, de acuerdo a Ge. 2: 18. No es correcto que el hombre
estuviere solo, porque estar solo –sin cónyuge
– no era buena idea. Véase Mt. 19: 10 al 12.
Necesidad que apremia. “Bueno seria al hombre no tocar mujer. Pero por causa de
la fornicación (soltero), cada uno tenga su propia mujer; y cada mujer tenga su
propio marido” 1 Co. 7: 1 y 2.
El problema no es tanto abrazar una vida de soltero, sino no
tener “fuerza de control” para ante Dios conservarse puro, porque es un don. 1
Co. 7: 7 y Mt. 19: 12
El único remedio es la continencia. La continencia es
efectivamente un don que no puede ser adquirido por arte de magia, es un don o
no lo es. La incontinencia, kratos, “falta de fuerza” para regular los propios
apetitos o deseos. 1 Co. 7: 9 y 28
Un apetito debe ser suplido por encima de los criterios
personales, de los martirios del cuerpo y las prohibiciones de mandamientos de
hombres. Col. 2: 20 al 23.
Debemos crecer para salvación, como una casa espiritual
sobre el fundamento o principios enseñados tanto en el A. T. o los profetas,
como el N. T. , o los apóstoles, bajo el
poder del Espíritu Santo. Ef. 2: 20;
Hechos. 9: 31 y 1 P. 2: 5
Retener la verdad y vivir en conformidad con ella, en sus
dictados, es de por si una causa ante Dios y los hombres. 1 P. 4: 8 (ver su
contexto)
El hombre y la mujer no pueden vivir en abierta contracción
con la decisión del creador. Ge. 2, 18.
Siervo.
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