Jeremías 11: 19 al 21
El delito de un siervo en ocasiones, es denunciar el mal
proceder de algunos ante Dios y anunciar las consecuencias (entonces me hiciste
ver sus obras, 11: 18); y Jeremías asumió bien ese mandato, de decir lo que
Dios le dijera. Los hombres de Anatot, sus paisanos y con quienes se había
criado, conspiraban contra su vida, porque les reprendía por sus pecados e
indica las consecuencias o juicios del Omnisciente. Dios le advirtió sobre
dicho plan en secreto.
Destruyamos el árbol con sus frutos, y cortemos sus mensajes
y se acabarán sus profecías.
Solo Dios puede restaurar el “consecuente” de quienes no
pueden admitir su verdadera Palabra.
Siervo
Amenaza de muerte a Jeremías por los sacerdotes y profetas
falsos
Jeremías 26, 8
En está nueva amenaza contra el profeta Jeremías (anterior,
los hombres de Anatot, 11, 19), la razón que creen encontrar, es haber
profetizado en nombre de Dios “Esta casa será como Silo, y esta ciudad será
asolada.” Y todo el pueblo unido con los sacerdotes y profetas falso, como la
corte del rey; sus consejeros de gabinetes, consideraron que merecía la pena
capital; y es que el problema de toda proclamación o anuncio de Dios, es cuando
es “encontra o contra,” de lo que vivo, creó o espero.
La defensa de parte del profeta, es la afirmación de una
acción de obediencia y confianza en Dios, soy el mensajero de Dios; podéis
hacer conmigo lo que os plazca; pero si me matáis, arrojaréis sangre inocente
sobre vuestras cabezas. 26: 14 y 15
Solo Dios puede restaurar el “consecuente” de quienes no
pueden admitir su verdadera Palabra.
Siervo
Amenaza de muerte a Jeremías por los príncipes
Jeremías 38, 4
Anunciarle a un ejército de antemano que perderá la guerra,
no es asunto fácil, se requiere convicción de lo recibido “De cierto será
entregada esta ciudad” 38, 3 ; 37, 8 Tenía la autoridad de Dios para hacerlo,
sabia que era verdad y no titubeó en hacerlo.
Las reflexiones y conclusiones sobre los oponentes, por lo
general son siempre distorsionadas, alimentadas más por los pareceres u
opiniones; y aparente mente los enemigos sacan partido, y aprovecharon la
ocasión cuando algo más se puede sumar para decir que él estaba de parte de los
caldeos y en ese momento se pasaba a ellos y traicionaba a los suyos (no serían
algunos de los príncipes los traicioneros de patria) 38, 19; 37, 13 y 38, 4
Los príncipes presentaron sus razones argumentadas para ir
más allá de un castigo de cisterna o bóveda para Jeremías, alegando infundir
desaliento o desanimo a las tropas y por lo tanto era merecedor de la pena
capital o pena de muerte (¿Sería delito militar?): pero faltaban las pruebas.
Siempre Dios tiene sus ángeles en ocasiones como está de
Jeremías (el problema es cuando no se pueden hallar dentro de un contexto por
la maldad). Ebed-melec. Después de esto, un buen siervo y noble cusita, uno de
los eunucos del rey, aprovechando el momento de administración de justicia de
su majestad, levanto su voz en contra de la poderosa intriga mencionada contra
el profeta Jeremías (36: 7 al 9). Es
mejor la cárcel a la injusta muerte bajo la misericordia de Dios.
Solo Dios puede restaurar el “consecuente” de quienes no
pueden admitir su verdadera Palabra.
Siervo
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