Estado de paz
1 de Pedro 2, 21 al 23
El estado de paz es fundamental a
los siervos, en el cual se sientan sostenidos y consolados por la asistencia y
acción del Santo Espíritu; y así aflorar en los suyos la humildad acompañada de
la mansedumbre en medio de la persecución y la injuria, tanto interior a su comunidad eclesial, como
así también fuera de la misma. Las personas que viven la iniquidad, impiedad o
abominación no soportan la siempre la palabra de Dios y buscan defenderse por
medio de la persecución y la mentira.
Reafirmemos la causa siempre con la seguridad de que el Juez Justo de la tierra
será justo.
Siervo
Rostro fuerte como el diamante
Ezequiel 3, 8 y 9
Un ruego constante a Dios debe
ser el endurecimiento de la frente para evitar tomar malas decisiones o
inclinaciones peligrosas de venganza por nosotros mismos (Ez. 4, 4 al 6). Bien
dijo el Señor al profeta Ezequiel, al prometerle hacer su rostro fuerte como el
diamante, al ir a un pueblo con su
rostro fuerte y obstinado de corazón también- Israel por 390 años y Judá por 40
años-.
Siervo
Frente de santidad
Éxodo 28, 36 al 38
De manera vicaria y tipológica
los sacerdotes llevaban en una lamina en la frente con la inscripción “Santidad
a Dios” y debía llevarla siempre para enseñar al pueblo que la ley exige
santidad y que este es también su propósito, designio y fin; y este es también
lo designado en la Gracia, se dice clara
y explícitamente: “Sin santidad nadie verá al Señor” Heb. 12, 14.
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