Lucas 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha
sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer,
hicimos.
¿Como así?, es
la pregunta que me hago ante el Señor, y la respuesta es: ¿Qué hacéis de más?,
Dios pide algo más de nuestras acciones, para distinguirnos de los que no
le tiene a él como su salvador y Señor.
Dios no espera que solo agrademos a los demás con lo que más les gusta; y que
las acciones y disposiciones ante ellos, aparezcan solo como adulaciones y
mentiras, solo para conquistar y mantener buena opinión, pretendiendo
engañarnos a nosotros mismos. Si Dios no
nos hubiera amado cuando éramos sus enemigos, nunca habríamos podido llegar a
ser sus hijos, aún más dejaríamos de serlo en cuanto dejamos de imitarlo.
Recuerda que estamos llenos del espíritu de ese Dios cuyo nombre es
misericordioso, y su naturaleza es amor S. mateo 5: 46 y 47.
Dios nos enseña
o nos muestra que alguien se constituye en enemigo cuando: (1) En su corazón, odiándonos
2. En sus palabras, maldiciéndonos, y (3) En sus acciones, acusándonos continuamente;
¿Qué hacéis de menos que estos?
Dios en su
nombre y naturaleza nos exhorta a la paciencia y el perdón: (1) cuando
recibamos toda clase de insultos y afrentas (v. 39); (2) cuando somos
despojados de nuestros bienes (v. 40) ; (3) cuando nuestros cuerpos son
obligados a soportar toda clase trabajos, vejaciones y tormentos y (4) Lo demás
que espera el Señor, para que sea lo adecuado de enfrentar la injusticia humana
es ejercer frente a ellos, la mansedumbre, amabilidad y paciencia y sin esa
disposición de mente, nada hacemos de más y somos siervos inútiles.
Figura 3
S. Lucas 6: 27 y
28.
Un cristiano
muestra su nueva naturaleza en la misericordia y compasión, olvidando fácil
mente las injurias y perdonando, sin que se le pida; y no permite que el
desagradecimiento o la ingratitud de otros le impidan hacer el bien (Lc. 6,
36).
Figura 4
S. Lucas 17, 5.
Ante las verdaderas demandas del Señor, nuestra
rogativa es y debe ser:”auméntanos la fe”. Es un aparente trabajo difícil el perdonar y servir al enemigo, solo con una
extraordinaria fe se podrán hacer cosas difíciles, pero no imposibles.
Figura 5
S. Lucas 17,7-9.
El resulta final
de nuestras vidas ante Dios, es una inversión de los rudimentos del mundo o
esquemas: 1. Así como el siervo esta obligado ha servir, Dios le demanda el amo
hacerlo y 2. Tal cual como el siervo cumple con un contracto para obtener una
remuneración estipulada, se debe cumplir con la parte contractual en la
verdadera relación con Dios, para poder obtener la recompensa correspondiente.
Figura 6
S. Lucas 17, 10.
Nuestra relación con Dios y el prójimo, no es un asunto de mero
compromiso y obligación, es mucho más; es y debe ser un resultado, que nos
lleva a actuar más allá de los límites rudimentales; solo el que esta iluminado
de lo Alto, puede entender el alcance de las cosas espirituales, enseñarlas y
guiarlas; Dios desea y espera de nosotros, que lo que constituye el bien de
acción es el deseo o la profunda aspiración del alma.
En otras palabras, Él
espera ver en nosotros la
ternura, sinceridad, “extensión,” desinterés, forma y resultado del amor de
Dios (S. Mateo 5: 40 al 42).
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