Señor bendice y guarda bajo tu sombra de protección a quien escucha y hace suya esta oración ante ti, con la entrega sincera desde lo profundo de su corazón y reconozca en ti al salvador y Señor de su vida. Guardarle en tu castillo fuerte de todo mal y peligro, y que sus pies siempre reposen firmes sobre la más grande roca inconmovible, en medio de toda angustia y tribulación que le pudiera venir y lo guardes bajo tus alas de toda posible impiedad como guardas a la niña de tus ojos. Sed siempre su socorro cuando cuando alza sus ojos hacia ti, guardando su salida y su entrada desde ahora y siempre. Amén.
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