FIESTAS DE LOS JUDÍOS. (CON CANTOS DE ELEVACIÓN CANTADOS EN EL TEMPLO).
FELICES PASCUAS AL PUEBLO JUDÍO (PESAH)
La vida religiosa de Israel estaba centrada primero en el Tabernáculo y luego en el Templo, y se regía por los reglamentos que imponía la Ley con respecto a las ofrendas y los sacrificios, así como acerca de las grandes festividades anuales.
Las seis grandes festividades anuales eran las siguientes:
La primera del año era la de Purim o de las suertes, celebrada en torno a nuestro primero de marzo en conmemoración de la liberación de los judíos de manos de Hamán, según narra el libro bíblico de Esther. La segunda era la Pascua, celebrada el 14 de Nisán, cerca de nuestro inicio de abril, en memoria de la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. Su importancia era tal que los romanos solían liberar un preso en esa fecha, de acuerdo a la voluntad del pueblo, como fue el caso de la liberación de Barrabas. A continuación de la Pascua, y en asociación con ella, tenía lugar la celebración de la Fiesta de los Panes sin levadura, con una duración de siete días seguidos. En tercer lugar los judíos celebraban la festividad de Pentecostés, que tenía lugar cincuenta días después de Pascua, cerca del final de mayo. Se conmemoraba en ella la entrega de la Ley a Moisés, así como la siega del grano del que se ofrecía en el Templo. A continuación nos encontramos con el Día de la Expiación, que en realidad consistía más en un ayuno que en una fiesta. Era el único día en que el Sumo Sacerdote podía entrar en el Santísimo para ofrecer incienso y rociar la sangre de los sacrificios. Tras realizar estos actos se soltaba un macho cabrío al desierto que llevaba, simbólicamente, la culpa de la nación, y se sacaban fuera de la ciudad los restos de los animales sacrificados en holocausto. Durante el día se ayunaba y oraba de manera especialmente solemne. Cinco días después tenía lugar la fiesta de los Tabernáculos o Cabañas, cercana a nuestro primero de octubre. Se conmemoraba con ella la protección de Dios sobre Israel mientras vagó por el desierto a la salida de Egipto y servía asimismo para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año. Durante esta festividad era costumbre que la gente viviera en cabañas improvisadas, situadas a no más de una jornada de sábado de Jerusalén, en recuerdo de la experiencia pasada por Israel.
LAS NOTAS SON PROPIAS DE LA CULTURA. NO SON ALFAS.
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