1 Tm.4,7 AL12.
4:7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; 4:8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
4:9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. 4:10 que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
4:11 Esto manda y enseña. 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Pero la piedad para todo aprovecha. Por piedad debemos entender todo lo concerniente a lo que la religión cristiana promete o prescribe: la vida de Díos en el alma del hombre y la gloria del Señor como objeto y fin de esa vida.
Pues tiene promesa de esta vida presente. El hombre que teme, ama y sirve a Dios, tiene todas sus bendiciones durante su vida. Su religión le salva de todos los excesos tanto en pasión como en acción que minan los cimientos de la vida y hacen que la existencia a menudo se torne en una carga. La paz y el amor de Dios en le corazón producen serenidad y calma y hacen que la luz de la vida brille clara y fuerte y permanente.
Siervo. ROBERTO FONSECA MURILLO.
1 Tm.4,7 AL12.
4:7 Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; 4:8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
4:9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. 4:10 que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
4:11 Esto manda y enseña. 4:12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
Pero la piedad para todo aprovecha. Por piedad debemos entender todo lo concerniente a lo que la religión cristiana promete o prescribe: la vida de Díos en el alma del hombre y la gloria del Señor como objeto y fin de esa vida.
Pues tiene promesa de esta vida presente. El hombre que teme, ama y sirve a Dios, tiene todas sus bendiciones durante su vida. Su religión le salva de todos los excesos tanto en pasión como en acción que minan los cimientos de la vida y hacen que la existencia a menudo se torne en una carga. La paz y el amor de Dios en le corazón producen serenidad y calma y hacen que la luz de la vida brille clara y fuerte y permanente.
Siervo. ROBERTO FONSECA MURILLO.
Siervo. ROBERTO FONSECA MURILLO.
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