18:4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;
18:5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.
18:6 Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.
18:7 Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto;
18:8 por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.
18:9 Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,
18:10 parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!
18:11 Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías
la iglesia de Dios es guardada por él y no esta expuesta al infierno y sus hijos no beben del Cáliz de la fornicación, de los mercaderes y del enriquecimiento de la potencia de sus deleites. Dios les llama a que salgáis de en medio de ellos y no seas participes de sus pecados, ni parte de sus plagas; ya el humo del juicio de Dios esta saliendo, por el fuego consumidor del Señor; porque poderoso es el Señor que le juzga y llorarán y lamentarán lagrimas de sangra,porque llegará el momento en el cual nadie compra más su mercancía (paliativos para poder vivir sin un compromiso real con Dios).
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para poder tener derecho al árbol de la vida, y para entrar a la cuidad de Dios.
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