Ec. 10, 1 al 20.
10:12 Las palabras de la boca del sabio son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia ruina.
10:13 El principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla, nocivo desvarío.
10:14 El necio multiplica palabras, aunque no sabe nadie lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber lo que después de él será? 10:15 El trabajo de los necios los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad. 10:16 ¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de mañana!
10:17 ¡Bienaventurada tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para beber! 10:18 Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa.
10:19 Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo. 10:20 Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en lo secreto de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.
APLICABILIDAD PARA QUIENES QUEREMOS APRENDER DE ELLA
Dios siempre llama a tener sabiduría, no solo para obrar bien dentro de su cotidianidad, sino que también demanda al conocer al Señor Jesucristo como salvador, emplear el entendimiento y la razón para ser eficaz. La doctrina de Dios está sujeta tanto a la fe como la compresión.
La sabiduría debe por lo tanto destacar al hombre de Dios, para que evite locuras y quedar señalado y le haga perder su honorabilidad. Contrario sucede con los necios, quien con sus hechos pone en evidencia su necedad.
La sabiduría es sin duda la mejor arma que un justo pueda tener y le permitirá destacarse ante los demás, en sus relaciones y trato con sus semejantes; Ante la exaltación de algunos, puede responder y proceder con la mansedumbre que cesara cualquier ofensa por grande que esta sea; Ante la necedad que lleva a muchos a despreciar o menos cavar o humillar, la actitud de siervo o humildad. Ante la provocación evita cavar tu propia fosa, al desatar problemas en los cuales se puede quedar enlazado y perjudicado; EL querer salir adelante a los vecinos, se puede salir perjudicado y esa es una acción del necio y no del sabio. La sabiduría es provechosa para la enseñanza y así evitar muchos accidentes por no tener suficiente cuidado; horrar fuerza y tiempo en las labores.
La sabiduría evita las necedades en las conversaciones sobre cualquier tema, cuando se puede decir tan poco tanto del pasado como del futuro:
” No sabe nada, ni siquiera ir hasta la próxima villa”.
Evita el desorden, de quien vuelve la noche en día y el día en noche, duerme cuando tendría que estar despierto y hacen esto último cuando es tiempo de reposo, se preocupan más por su dormitorio y los banquetes que por sus asuntos.
La sabiduría evita pronunciar palabras que no se deben y comprometen en cualquier lugar por más secreto que pueda ser, como dice un dicho común.” Las paredes tiene oídos” , y las pueden dar a conocer.
De acuerdo al predicador: La sabiduría conduce a la prudencia enlazada a la inteligencia, como al conocimiento y al temor a Dios; El guardarla proporciona rectitud, justicia y buen juicio. Es útil para los líderes y evita la injusta distribución de puestos y cargos y levantar gente sin meritos a los lugares altos de confianza y responsabilidad. Guarda de tener cuidado y precaución en cualquiera que sea la actividad, de quedar como charlatán, de persona chismosa o calumniadora. Sin pruebas, insinuadoras de cosas que menos cavan la reputación de alguien o su vecino.
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
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