Ya se dijo que gozo (jara), raíz árabe, dulzura de la vida, solo existe en la buena relación con Dios; Muy distinto de alegría, que es más exterior que interior. Un corazón gozoso es quien espontáneamente quiere siempre agradar a Dios y por lo tanto el mismo se siente motivado a consagrarse cada día más a Él; Ese mismo gozo le impone y le regula su conducta acorde a los mandatos o designios de su Señor, como al esclavo ( dulos)le es más llevadera su situación, cuando siente la necesidad de agradar a su amo y le es satisfactorio hacerlo; Agradar a Dios por obedecerle, es por sí mismo un motivo de gozo; El gozo real es por lo tanto un gran motivanté a llevar siempre o vestir una conducta recta o agradable a Dios y hacer vista por los demás . Gozo es saber que puedo ser agradable por las acciones actitud y disposiciones, como una carta con buenas noticias; lo que significa que el verdadero gozo, conduce automáticamente a la vivencia tanto de la humildad como de la piedad.
El gozo, es parte de la consolación que recibimos, por la verdadera presencia y acción del Santo Espíritu con nosotros y en nosotros; es decir, es el amortiguador de los golpes que podría recibir, en y durante el camino hacia al Señor; Los huecos o obstáculos no los puedo quitar, pero Dios si hace todo lo posible, para que ellos no afecten la vida espiritual. El gozo permite que pueda percibir la inspiración constante de Dios en mi vida y por lo tanto, sentir su influencia, protección y poder bajo el Altísimo. Gozo es saberme informado por parte del Santo Espíritu, cobre los asuntos del Dios Padre y admitir que es privilegio poder sentirlo así y a su vez admitir que inmerecido de ello, Dios aún me ama; Es saberme divinamente informado y adecuadamente comunicado con Dios sobre sus asuntos, es un gozo vivido y difícil de perder. El gozo verdadero, experimentarlo constantemente es un secreto, que Dios revela a quienes le temen.
Empecemos por ver a Jesús completamente como lo que es en realidad; El Ungido de Dios, El Profeta, Sacerdote, Rey, Salvador y Señor.
Reconocer la necesidad de que El Espíritu Santo more de verdad en nosotros, (Dejar que el actué en lugar de nosotros).
Hacer de la vida un culto (La tría) constante al Señor, el cual admito que solo en él y por él, puedo hallar consuelo, paz y gozo.
Reconocer siempre la imperiosa necesidad, de una Alma Santa delante de Él, (No es serlo, sino luchar por serlo).
Suéltese del mundo (Deseos creados, diferente a necesidades reales).
Admita que en usted se pueden cumplir y se cumplen las promesas de Dios, por su confianza y esperanza en Él.
Tenga la seguridad plena y goce de su Salvación (Con temor, Pr.8:12 e inteligencia, Pr. 9:10).
Guste de banquetes y manjares suculentos espirituales, en medio de dificultades (Retiros, ayunos, grupos o células, Is. 26: 3y4).
El gozo no es asunto de momentos o de circunstancias externas (es alegría), el gozo es aquel que sin querer me asiste, acompaña y se hace más fuerte de tal manera, que las circunstancias que pueden entristecer, deprimir, angustiar, desesperar o más, frustrar, no lo logran, antes por el contrario me fortalecen y alimentan la seguridad y en consecuencia enseñan a confiar más en Dios, como el autor de todo lo que viene a bien y glorifica su nombre y permite darle la Gloria. El gozo es una forma de estar en medio de las vicisitudes firme ante Dios y reconocerle como el autor y guardador de mi salvación, Romanos 8, 28 al 39.
Oremos siempre por la provisión de su gozo en nosotros siempre; oremos por todos los afligidos y atribulados en el mundo y que Dios les conceda la oportunidad de conocerle y admitirlo en su vida de acuerdo a su Palabra
SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
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SIERVO ROBERTO FONSECA MURILLO.
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